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Primer fanfic serio y con trama, espero que les guste.

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Perfectamente Bruce Wayne siempre ganaba. Tenía la mejor suerte del mundo, el nació en una familia adinerada, parte de las élites de Gotham. Su padre Thomas Wayne era un hombre alto de cabellos marrones y ojos negros, su madre Martha Wayne era una mujer no tan alta ni tan baja. Tenía unos hermosos ojos azules que reflejaban pureza y Inocencia, el fruto de su amor y cual heredaría miles de miles de dólares se llamaba Bruce Wayne. Un niño de cabello marrón oscuro y ojos azules, los medios lo llamaban el príncipe de Gotham. Tenía un futuro prometedor, padres amorosos y una vida llena de lujos.

Eso hacía que un niño de lentes le dieran ganas de estrellar al niño contra la pared y golpearlo hasta que muriese.

-Edward! ¿Me estas escuchando?- la voz de su amigo Jonathan Crane resonó en sus oídos saliendo de el mundo de su retorcida infantil cabeza.

-¡Te quedaste como idiota mirando cómo tonto a el hijo del señor Wayne! No escuchaste nada de mis planes para el futuro!- dijo el menor de cabellos despeinados. Jonathan era uno de sus pocos amigos.
La verdad admitió que se perdió mirando a ese niño pequeño de 10 años cual tenía su vida resuelta.

-Perdón. Solo estaba pensando como yo de grande le partiré la cara a ese maldito hijo de-..ya olvídalo.- el chico de ojos verdes simplemente no aceptaría su fijación por un chico menor que el por 3 años. Y más su autoproclamado nemesis. aunque el chico de cabellos oscuros ni sabía de su existencia.

-Edward..¿porque tienes esa caja de cigarros? mi abuela dice que es pecado si fumas eso y más a esa edad..- el amigo del chico de lentes hizo una mueca de asombro por lo que tenía su amigo en sus manos.

Según la iglesia, el orfanato y la ley un menor no podía poseer ese tipo de cosas. Menos un niño que apenas entra en plena adolescencia -Confió que no dirás nada, quieres uno?- extendió su brazo izquierdo acercándole un cigarro, el aspirante a profesor se quedó quieto. -a mi abuela no le gustara que haga esto.- el joven apartó la mano de el de cabellos zanaorias con inseguridad.

-tu abuela no está aquí para decirte que hacer- sonrió el que le ofreció el cigarro antes.

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Siempre eran esos mismos sueños húmedos, soñaba con ese niño. El hijo de Thomas Wayne, cual murio no hace mucho. Ese Niño diciendo su nombre gritando. Llorando con sus mejillas rojas mientras daba pequeños saltos en su miembro. O besándolo teniendo aquel acto cual los adultos hacen.

En esos sueños siempre aparecía ese Niño pequeño como protagonista. Cumpliéndole sus mejores fantasías, dándole un buen Creampie mientras este agarraba firmemente sus nalgas, El riéndose como un desquiciado mientras salía su semen de su pequeña entrada del ojos azules mientras el menor trataba de respirar con claridad.

A su edad era normal, bueno excepto enamorase de un niño que no sabe nada de la vida y más una persona de su mismo género pero vamos, a Edward Nashton le importaba poco lo que piense la iglesia de el. De todas maneras odia las religiones.

Sus compañeros de habitación hacían ese tipo de cosas todo el tiempo. Él también tuvo sexo con niños de entre 12-13 cuales tenían las hormonas totalmente calientes, era muy aburrido cantar esa estupida canción cada diciembre y era lo único que hacían.

La vida ahí dentro apestaba. No entendía como consideraban a Bruce Wayne como un niño huérfano si el vivía en una gran mansión dentro de un parque.


Solo quería salir de ese infierno, darle su merecido al Niño cual los periódicos llamaban huérfano.

Quería que el príncipe de Gotham se inclinara ante el.

Claro que lo hará.

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♡ La oscuridad| Riddlebat AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora