[única parte]

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A Kim Seungmin le fascinaba lo social que era Lee Minho, y un día decidió por acercarse e intentar hacerse su amigo; ahora se daba cuenta de su grave error, pero ¿cómo iba a saber que ese amigable chico podría estar tan dañado de la cabeza?

Su amistad fue linda al inicio, hasta que Minho cayó en los encantos de Seungmin, y sus celos aparecieron.
Tener celos es algo bastante normal a decir verdad; sin embargo, no lo era revisar a diario las redes de aquel chico solo para ver quién comentaba sus publicaciones y mucho menos lo era amenazar de muerte con un perfil falso a los que le hicieran cumplidos en las fotos que publicaba.

Seungmin, por su parte, no veía raro que su hyung quisiera pasar tiempo con él, de hecho le agradaba bastante, o lo era, hasta que llegó al punto en que le era imposible salir con sus amigos porque: «ya habías hecho planes conmigo, Seungminnie»
En ese punto, no le pareció mala idea evitar al mayor.
No lo evitaba siempre, solo cuando no tenía ganas de lidiar con la melosa personalidad de su amigo, que llegaba a incomodarlo, y lo único que podía hacer era sonreírle falsamente, y para Minho, que lo conocía como la palma de su mano, esas falsas sonrisas no pasaban desapercibido.

Y que lo evitara, más encima esas falsas sonrisas no ponían en absoluto contento a Lee, era de él, no tenía porqué salir con otros, no tenía porqué sonreirles a otros, pero estaba bien, él respetaría su espacio, a 15 metros de distancia, él respetaría su espacio.

Comenzó a seguirlo a todas partes: salía de la escuela, Minho lo seguía, salía con sus amigos, ahí estaría Minho, iba a su casa, Minho observaria su ventana hasta que las luces se apagaran.

Lee Minho siempre fue un chico aplicado en la escuela, no tenía faltas, todas sus materias estaban acreditadas, sus presentaciones y proyectos siempre eran de 100; por esto, a todos sus profesores les tomó por sorpresa que sus calificaciones decayeran de golpe, dejara de asistir a clases con regularidad, y apartara a todas las personas que siempre lo rodeaban.
Pero eso no le importaba, solo quería estar con su Seungminnie.

Claro que Kim notó el repentino comportamiento de su mayor, lo que no había notado era que lo seguía; cuando sentía que alguien lo miraba volteaba a ver a todos lados, pero no encontraba a nadie. Su preocupación aumento al sentir esas miradas en su propio cuarto a altas horas de la noche.

Su mundo se puso de cabeza una noche al ver frente a su ventana a cierto chico. Y la primera demanda apareció, no concluyendo en nada por la falta de evidencias.

«No deberías tratarme así, Seungminnie. Yo te amo mucho y ese comportamiento me lastima y hace que mi corazón duela»

¿Qué mierda hacía ese hombre dentro de su habitación?

Y la segunda demanda llegó, junto con la primer orden de alejamiento.
Ambas sin ser suficientes para alejar a Lee.

«Ya déjame en paz, ¿qué quieres de mí?»
«Que me ames y seas mío, no es difícil, ¿verdad?»

La tercer y última demanda llegó, y al cabo de un par de días, también lo hizo la desaparición de Kim Seungmin.

every breath you take | knowmin/2min one shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora