Capítulo 6

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Nayeon se congeló también, sintiéndose desorientada y en estado de shock. Había hecho un muy buen trabajo en las sesiones con Yoongi, permitiendo no tener nada que ver con el resto de su vida, disfrutando como si fuera una indulgencia inofensiva. Pero las barreras entre sus interacciones con él y el resto de su vida habían sido abruptamente arrancadas. Estaba en una cita con Jungkook. Una buena cita. Algo que no había experimentado en mucho tiempo. Y había follado a Yoongi exactamente hace una semana en una lujosa habitación de hotel. Dos veces. Él la había hecho venir una y otra vez. Y le había pagado al final de la noche. Y ambos hombres ahora estaban en el mismo pasillo.
Las mejillas de Nayeon ardieron intensamente. Se movió inquieta hasta que Jungkook dejó caer los brazos y dio un paso atrás. Estaba mirando a Yoongi con curiosidad.
-¿Es amigo tuyo?
Nayeon no tenía idea de qué decir. Fue salvada de responder por la llegada de la mujer que debía ser la cita de Yoongi por la noche.
Nayeon se había encontrado con Jennie Kim unas cuantas veces en el pasado. No eran amigas, pero habían trabajado juntas en Nueva York para una organización benéfica nacional que recaudaba dinero para programas locales de alfabetización.
Jennie tenía veintitantos años y recientemente se había divorciado de un magnate de los negocios de Nueva York. Ella debe estar visitando Seúl este fin de semana.
— Yoongi! — dijo Jennie, corriendo para tomar los brazos del nombrado. -Lo siento. Fui atacada por Irene—miró hacia Jungkook y Nayeon.
-¡Nayeon! Qué bueno verte de nuevo. Te vi antes en la habitación, pero no te pude saludar.
Nayeon se armó de valor, tomó la mano de Jungkook y lo condujo a la otra pareja.
-Hola, Jennie.¿Te aburriste de Nueva York?
Jennie mostró un hoyuelo. Era muy atractiva, con cabello oscuro y cara de querubín.
-En realidad, sólo estoy tratando de molestar a mi ex en la junta del museo. Pensó que me escabulliría después del divorcio. Hombre tonto. Esta es mi cita, Yoongi.
Nayeon le dio la mano a Yoongi como si de un desconocido tratase.
-Im Nayeon. Este es Jeon Jungkook.
Aunque a Jungkook obviamente lo habían cogido por sorpresa al verlo esta noche, se había recuperado con notable compostura. Su expresión era fría y neutral mientras estrechaba la mano de Yoongi y hacían una charla inofensiva.
Nayeon se sintió aliviada de que su voz fuera natural y amigable, aunque estaba terriblemente distraída  por la forma en que Yoongi mantenía su brazo alrededor de la cintura de Jennie, sus dedos de vez en cuando le daban una pequeña caricia.
Finalmente, Jennie dijo: -Supongo que deberíamos ir a mirar algo de arte- le sonrió con un beso cariñoso a Yoongi.
-Estaré feliz de hacerlo- murmuró, con los ojos fijos en su rostro de tal manera que Nayeon podría haber jurado que estaba enamorado de la mujer. Luego, con una voz que apenas podía oír, agregó: -Aunque ninguna obra de arte en la pared podría ser tan exquisita como tú.
Nayeon se quedó sin palabras. Él estaba haciendo su trabajo.
Haciendo un papel.
Esto era lo que sus servicios implicaban. Actuando como un escort romántico, haciendo que ella se sintiera como la persona más importante del mundo, ya sea que la noche terminara o no con sexo.
Nayeon logró murmurar una despedida mientras Jennie y Yoongi caminaban.
Sabía, lo había sabido, que eso era lo que Yoongi hacía.
Él era un escort masculino.
Entre otras cosas, él folla a personas por dinero.
Ella no era su único cliente.
Yoongi tenía una agenda muy ocupada.
Era sólo que saber, era diferente de ver.
-¿Ex novio?- preguntó Jungkook, estudiando su rostro.
Nayeon no podría decirle la verdad, no en una segunda cita, así que aceptó esto como la excusa más fácil para su reacción.
-Sí. Algo parecido.
-Tal vez me hables de él alguna vez- murmuró
Jungkook, deslizando su mano alrededor de su cintura mientras caminaban más despacio hacia las galerías.
Nayeon  le lanzó una mirada penetrante.
-No estoy ciego, ya sabes- explicó. -Podrías cortar la intensidad entre los dos con un cuchillo. Pero no hay prisa. Tenemos mucho tiempo.
Nayeon le sonrió con expresión genuina, compuesta de alivio y afecto. Qué gran chico era.
-Tal vez te lo cuente alguna vez.
Nayeon pensó que había superado el peor de los obstáculos en su encuentro inicial con Yoongi. Pero siguió viéndolo a él y a Jennie por el resto de la noche.
Y Yoongi siempre parecía susurrarle íntimamente al oído, o acariciarle la espalda, o tomarle la mano discretamente.
Y la verdad era que Nayeon estaba molesta. Mucho.
Sin importar lo irracional, sus encuentros con Yoongi habían sido aislados del resto del mundo. Los encuentros habían sido especiales para ella. No porque pensara que compartían romance o una conexión emocional real. Sino porque había aprendido mucho sobre sí misma y sobre la naturaleza humana a partir de sus interacciones con él. Además, simplemente, lo había disfrutado. Y verlo en su trabajo con otra mujer hizo que todo pareciera... repugnante.
Dos días después, Nayeon llegó a la habitación del hotel un poco más tarde de lo normal. Sólo tuvo tiempo suficiente para bañarse, afeitarse, aplicarse la loción y vestirse antes de las siete en punto.
Había considerado seriamente cancelar a Yoongi.
Todo el día de ayer, había comenzado a escribir un correo electrónico de disculpa a Yoongi, diciendo que ya no necesitaba sus servicios. Simplemente no estaba segura de poder continuar como lo habían hecho, después de haber sido abofeteada con la realidad el sábado por la noche.
Además, Yoongi la había invitado a salir
nuevamente. Obviamente, las cosas eran sólo el principio, -ocasionales y no exclusivas, pero sentía que tenían cierto potencial y pagar por el sexo parecía que no era la mejor manera de comenzar una relación.
Nayeon  finalmente había decidido mantener su compromiso con Yoongi, sobre todo porque
se sentía mal por retroceder a último minuto.
A ella realmente le gustaba Yoongi, y se sintió descorazonada al dejarlo con un correo electrónico, después de haber tenido una relación profesional tan larga.
Ella lo probaría. Si las cosas se sentían raras o incómodas, simplemente no programaría otra cita. Acababa de ponerse una pequeña bata de un tejido tan fino que era casi transparente, sobre su conjunto de seda azul oscuro cuando oyó tocar la puerta.
Mientras abría la puerta con una sonrisa de saludo, fue recibido con una visión que era como una patada en el estómago.
Yoongi estaba de pie, tan fresco y guapo como siempre, en negro. En su rostro había una sonrisa practicada. Urbana, sensual y tal falsa que Nayeon quería molerlo a golpes.
Definitivamente no es un comienzo propicio.
-Hola- dijo, haciéndose a un lado para dejarlo entrar en la habitación.
Yoongi murmuró un saludo, y la siguio hasta la mesa donde siempre dejaba su estuche. El sobre omnipresente de efectivo estaba sobre la mesa como de costumbre.
Sintiéndose más incómodo que desde los primeros encuentros, Nayeon se sentó en una silla. Pensando que también podrían sacarlo a la luz, dijo:
-Así que fue un poco raro, ¿eh?
Yoongi se sentó en la otra silla y arqueó las cejas fríamente.
Nayeon tampoco era una gran admiradora de esa expresión.
-Vernos el sábado- dijo en respuesta a su pregunta silenciosa. -¿No fue algo raro?
-Lo siento si te hizo sentir incómoda. Lo manejaste bien.
Nayeon dejó caer su mandíbula ligeramente
mientras miraba a Yoongi. No había pensado que la incomodidad sólo había estado de su parte.
Definitivamente estaba actuando espinoso esta noche. No se parece en nada a su yo normal.

Escort →YoongYeon✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora