🍄Chapter two.

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Aquella noche que Jimin siempre recordará, fue la primera vez en que Yoongi bajó de su vuelo

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Aquella noche que Jimin siempre recordará, fue la primera vez en que Yoongi bajó de su vuelo.

Él generalmente prefería resistir su cansancio y continuar volando hasta llegar a su respectiva aldea, pues no le gustaba mucho la idea de aterrizar en otros lugares. Las hadas del cielo eran generalmente reservadas, alejadas de los demás.

Sin embargo, esa fecha en específico, Yoongi ya tenía varias horas en el cielo, pues pronto la Luna cambiaría de fase, y necesitaba preparar al satélite y sus alrededores antes de efectuar su trabajo; por ende, su cansancio era demasiado, y tenía hambre además de todo, por lo que no tuvo más remedio que bajar.

Aterrizó en la primer aldea que vio, con el afán de descansar un poco y buscar algo de comida antes de regresar a su hogar; casualmente, llegó a la aldea lumínica, justo cuando Jimin terminaba sus últimas ocupaciones de la noche.

Se conocieron por una coincidencia muy grande, pero sólo a uno le interesó en realidad.

Para Yoongi fue una noche cualquiera, con lo único diferente en haber bebido sabia de árbol en lugar de su clásico café nocturno.
Mientras que para Jimin, fue una de las mejores noches de aquel ciclo lunar próximo a terminar.

Yoongi siempre había sido un caso especial entre las hadas que lo conocían, por el simple hecho de no ser para nada el típico estereotipo que todos esperarían.
Las hadas de cualquier clase suelen tener personalidades ya "predecibles"; unas son tiernas, otras chistosas, otras más son torpes, y un puñado tienen carácter fuerte, y éstas ya son clasificadas como "difíciles de tratar".

Sin embargo, nuestro hada en cuestión era mucho más que eso.
Tenía un problema de ira que no podía controlar una vez que éste se desataba; era totalmente capaz de lastimar a otro ser vivo en un arranque, pues de verdad, su personalidad y psicología en general parecían estar bastante atrofiadas.
Podía ser cruel, hostil, indiferente, etc, cuando se lo proponía, o simplemente cuando la presencia de alguien le incomodaba.

Su trabajo no era casualidad. Se le dio aquella tarea para que enfocara toda su energía y mente en ello, puesto que no era una labor sencilla en general.
De ese modo, Yoongi se mantenía sereno, pensando en la Luna y en su trabajo; además de tener otras distracciones como cultivar su propio café o cuidar de su jardín especial.

Su rara forma de ser estaría controlada, en tanto su rutina no cambiara.

Desgraciadamente, Jimin fue ese cambio de 180° que llegó para desestabilizar la vida del hada Yoongi, sin querer y sin tener malas intenciones por supuesto.
Pero, probablemente, el hada de luz tendría que pasar por muchos problemas con él, eso "sólo si quería estar a su lado".

Nadie lo obligó a enamorarse, su corazón siguió al chico más equivocado que pudo encontrar.

Jimin, por el contrario, siempre fue un hada muy dulce y fácil de querer, en el sentido de que era simpático, agradable, tierno, etc.

Tenía algunos cuantos conocidos y amigos, y claro, un mejor amigo a quien le contaba prácticamente todo.
Mientras que Yoongi solamente había tenido un amigo real en su vida, que por desgracias de la vida como ser mágico, ya había perdido; quizá tenía conocidos de su clase, pero nada cercano a lo pasado.

Jimin tenía tareas como cuidar insectos que llegaban a la aldea, ayudar con el rescate y rehabilitación a los animales más grandes que las hadas guardabosques encontraban desamparados o heridos, mantener la mayoría de plantas del lugar en su fase más bonita y fructífera, y por supuesto, a iluminar la aldea por las noches con los hongos dorados que debían encenderse con magia.

Su vida regularmente tenía una especie de rutina marcada, con ciertos casos especiales según el día.
Lo único que creía que le faltaba, eran sus alas brillantes como todas las demás que veía a diario; ansiaba el momento cuando éstas por fin encendieran, pues ya quería saber en qué color lo harían.

Unas tenían luz blanca, otras amarilla o dorada, rosa y naranja eran de las más raras, y finalmente, en un tono tornasol muy extraño de hallar.

Jimin quería ver como su cuerpo reaccionaba al fin ante su felicidad, ya que ésta casi nunca desaparecía.

Sin embargo, lo peor de todo, fue su suerte sin duda. Jamás brilló por felicidad, y la primera vez que pasó lo que siempre deseó, no pudo contener su llanto al darse cuenta del porqué sus alas estaban destellando sin parar.

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Shine ♡ YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora