Emily Juliett Potter es una chica que luego de 7 años viviendo con su Tía, debe volver hacia Londres para comenzar en su nuevo internado, por el camino, no consigue llegar a su objetivo, si no, a un lugar más mágico...
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La pequeña Emily, de 10 años y pronta a cumplir sus 11, había recién iniciado sus vacaciones de verano luego de terminar el quinto grado. La tía Marge no era la mejor tutora, pero aunque la ha tratado igual de mal toda su vida, la chica ha sabido como suplirse por sus propios méritos. A sus 10 años sabía muchísimas recetas de cocina que una persona de 20 años, recién independizado. Amaba la escuela porque lograba leer y escribir, una de las cosas que más amaba en su vida.
Desde que sus padres murieron, Tía Marge fue quien la acogió en su granja, muy lejos de la ciudad en donde ella vivía. Nunca ha sido la mejor en todo, pero sabía como quitarle su enojo a su tía. No conocía mucho sobre su familia, solo que vivía con sus padres y su hermano antes de que ellos tuvieran ese trágico accidente automovilístico que les cobro su vida. Su hermano fue criado junto a su tío Vernon y su tía petunia, los cuales ha visto una o dos veces. Con su hermano compartió cartas desde que sabe leer y escribir. Su tía no era la mejor persona del mundo, pero claramente era alguien con la que debía convivir diariamente.
–Mocosa, otra copa
Suspiro, su séptimo Brandy en menos de 20 minutos. Se paró de su silla y le sirvió nuevamente una copa a su Tía.
–Tienes suerte de que te vas de aquí... ahora seré yo quien le debe dar de comer a mis pequeñitos de mamá, ¡mamá los ama!
Su voz se volvió aguda de repente. Sin duda, algo que amaba su tía más del Brandy, era su sus 12 bulldogs, quien Emily les daba de comer y los bañaba.
–Mañana debo irme... ya deje todo limpio.
Miro a su tía re de ojo, esta se había quedado mirando un punto fijo de la mesa mientras enchinaba los ojos. De un movimiento, la Tía Marge caía en un fuerte sueño que, al menos, no despertaría hasta dentro de 15 horas. Emily subió las escaleras hasta el ático en donde dormía, no era el lugar más cálido de la casa, ni el más grande y mucho menos el más limpio; Ella se encargó de limpiar lo más posible y decorarlo con unas hermosas cortinas color rojo y una luces de navidad que la tía quería desechar porque ya no encendían la mitad. Reorganizó su maleta, contó todo nuevamente hasta asegurarse que no dejaba ni un solo objeto preciado. Miro su cama y se dejó caer, le dolía muchos los pies por estar limpiando la casa, posiblemente ahora venga todos los veranos porque según Harry, los Dursley son peores que tía Marge.
Imagino su nueva vida, fuera del campo conocería más personas, más niños que los únicos 8 que iban a su anterior escuela, estaba más que emocionada por esta nueva etapa. El sueño la consumió hasta que se quedó completamente dormida.
...
Al día siguiente, Emily se levantó lo bastante temprano para dejarle a Tía Marge el desayuno, almuerzo y la cena listos. Termino de cocinar todo y su tía se levantó para irse a dormir a la cama, si, se quedó toda la madrugada dormida en la mesa mientras uno de los perros lambía su mano. Camino hasta la estación de autobuses, claramente no la llevarían hasta la estación de trenes, su tía no tiene unas ganas de nada. Pasando todo su camino hasta la estación; miro por última vez el increíble campo que dejaba atrás, vivió años allí, no sabía si se acostumbraría a tantos lujos como tener un supermercado cerca. Llego a la estación de trenes y miro su ticket,
