𝗢𝗢𝟭 ⚊ 𝗗𝗿. 𝗞𝗶𝗺

107 16 0
                                    

Acarició el puente de su nariz con cansancio viendo los múltiples papeles de pacientes en donde en cada hoja se encontraban anotados números de teléfono.

No le sorprendió en absoluto, la mayoría de ocasiones eso le ayudaba a conseguir citas de una noche pero solía ser agotador ver a un montón de mujeres con las hormonas alborotadas y entre algunas que no deseaban una sola noche con él.

Namjoon se caracterizaba por su aspecto de caballero y ser un hombre arrogante y sin vergüenza alguna al momento de hablar sobre su intimidad, toda la ciudad lo conocía como doctor seductor pues nadie se resistía, ¿qué tan maravilloso e increíble debía ser alguien para nombrarlo así? Kim Namjoon lo era, y no se molestaba en ocultarlo.

No solamente lo buscaban por ser Mr increíble en la cama si no también por su dinero y dotes, a pesar de ser un doctor especialista en el área de neurología, y lo peor era eso, ni siquiera era ginecólogo o algo por el estilo pero la mayor parte del tiempo llegaban miles de mujeres solicitando su servicio, con dolores en partes cuestionables del cuerpo.

Podía ser un maldito hijo de puta y todo pero era agotador y horrible tener que resolver problemas de mujeres que necesitaban atención urgentemente, pero en el psiquiatra. Y también sumando el hecho de que era dueño de una cadena entera de hoteles, al menos podía decir que nunca se iba a morir de hambre.

Cuando terminó de leer todos los archivos y haber roto y tirado a la papelera los números telefónicos, suspiro y se levantó revisando su teléfono, aún tenía tres pacientes que atender pero necesitaba un descanso o se volvería loco, esa época del año era donde aumentaban los pacientes por razones desconocidas.

Encontró a su asistente firmando un montón de papeles, sonrió al verla, Hye había sido su asistente desde hace tres años, era eficiente y le ayudaba a mantener organizado todo, si no fuera por ella sería un desastre, era una excelente amiga en todo. Hermosa y amable, el tipo ideal de cualquiera.

Aunque muchos rumores corrían alrededor de ellos, Namjoon jamás podría ver a la chica con otros ojos que no fueran los de un hermano, le debía mucho y su cariño hacia ella nunca cambiaría. Admitía que hubo un momento en el que llegó a sentir algo por la joven pero lo retiro luego de un tiempo.

Lo hizo desde el momento en que esta le presentó a su esposo, Kim Seokjin, Dios, el hombre más hermoso que había visto en su vida, una figura envidiable que no se comparaba con el de una mujer pero siempre conservando una estructura masculina perfecta, unos dulces ojos color café que se escondían al momento de sonreír.

Unos labios perfectos que desde que los vio deseo morder a su antojo y chupar, joder, ese chico era el pecado andante pero no era apropósito. Namjoon sabía que él sólo llegaba para recoger a Hye y de vez en cuando lo saludaba, el chico era cariñoso con quien le agradaba así que no había ocasión en la que no había sido abrazado por el menor.

Eso lo encantó mucho más, la forma de ser de Seokjin, cariñoso y amigable, siempre que llegaba traía consigo postres de todos los sabores y los repartía entre todos, Namjoon se sentía especial cuando llegaba su turno, un pastel hecho e inventado por el chico solamente para él. Se sentía un niño mimado cuando probaba aquella delicia.

Su lujuria se apagaba y era reemplazada por la ternura, quería y apreciaba mucho a Seokjin desde que lo conocía, sabía que sus fantasías y deseo por el chico eran incorrectas pero no podía evitarlo, aún sabiendo que estaría traicionando a su amiga.

Se acercó a la joven luego de cortar sus recuerdos y con una fingida mirada seria llamó su atención.

- Señorita Kim, creo haberle dicho que cancelara las últimas tres citas de esta noche para dejarlas mañana.

- Oh Doctor Kim, si lo recuerdo y lo hice- la chica lo miró con confusión y comenzó a repasar los papeles y siendo detenida por la profunda risa de Namjoon.

- Perdón, lo hiciste, pero igual dejaste pasar una y yo estaba a punto de salir.

- Ahh lo lamento doctor, prometo que no volverá a pasar, se que las últimas suelen ser horribles al final del día.

- Definitivamente.

La puerta de salida se abrió dejando ver a un chico con bata de doctor al igual que él, nada más que este la llevaba de color negro, también tenía piercings y tatuajes, un sonrisa adorable se asomo en sus labios rosas y se acercó a saludarlo.

- Hey hermano, ¿Cómo te fue en esta ocasión?- el chico lo abrazo y se separó de él no sin antes dejas un beso en su mejía sacando una sonrisa del contrario.

- ¿Es necesario qué lo cuente Kook?- le devolvió el abrazo y luego puso una mueca al recordar a su último paciente.

- ¿Tan mal estuvo?- su rostro se torno entre preocupado y burlón.

- Por supuesto, una mujer de cuarenta viniendo por un dolor de cabeza y deseaba que le revisara el culo ¿puedes creerlo?- se frotó la cara con una mano en forma de mostrar su estrés.

- Vaya, hoy en día ni las mujeres mayores respetan, si mamá viera eso se muere.

- Al menos agradezco que no viene ninguna de sus amigas- dicho eso el menor hizo una cara de asco y sacudió su cabeza.

Caminaron hasta la oficina del rubio y continuaron hablando de su día, Jungkook era el hermano menor de Namjoon por cinco años, ambos habían estudiado salud sin embargo Jungkook había escogido otra especialidad.

- Oye ¿A qué horas viene Jin hyung?

- ¿Por qué preguntas?

- Estoy esperando a que venga con esos ricos pastelitos que tanto amo, me siento su consentido pues a mi me da los mas ricos- dijo burlón sonriendo hacia su hermano que lo miro con molestia.

- Mentiroso, los míos son los mejores.

- Si claro, envidia es lo que sientes por mí- una sonrisa maliciosa apareció en sus labios y rodo sus ojos para centrarse en su computador- Pero dime, aún sigues con tu enamoramiento de puberto.

- No empieces por favor.

- Lo digo enserio, se que estas enamorado de él desde hace un año, pero por favor dejalo, el chico es casado.

- Lo sé ¿Pero qué demonios puedo hacer? No puedo dejar de pensar en él.

- Solo quiero que no salgas lastimado y él tampoco, no lo merece, y también es muy dulce como para estar en tus garras maldito demonio.

- Hey, no soy malo- hizo un puchero y miró a su hermano con molestia.

- Si no supiera como eres no te lo dijera, imbesil- le mostró su lengua como burla.

Cuando Jungkook se fue y por fin se encontraba solo se asomo por la ventana de la enorme habitación y vio cómo el lindo castaño caminaba de la mano junto a su asistente muestras conversaban, ambos se veían tan felices y él se sintió miserable por sus pensamientos.

- No puedo, no puedo solo olvidarte mi ángel, eres demasiado para mí pero simplemente no puedo- suspiro y se alejo para guardar sus cosas e irse por fin a su casa.

➴➴➴➴➴➴

Primer capítulo, espero les guste y lo disfruten 💜

Incorrecto ✧ NamJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora