Ha pasado mucho tiempo desde el día de tu despedida.
Cae la noche, me encuentro tendido sobre el piso de mí habitación, la misma habitación que sirvió como refugio para nuestro amor, la misma habitación que fue testigo de nuestra despedida.
Duro horas pensando en ti mientras estoy tendido sobre el duro y gélido piso de esta prisión de recuerdos.
Una lágrima cargada de recuerdos fugaces brota de las cuencas de mis ojos, esos recuerdos traen tatuado tu nombre, y con tu nombre traen tu esencia.
Aun conservo esa última flor que te obsequie, la cual rechazaste sin dudarlo, esa flor conserva tu aroma.
El nostálgico viento de la noche entra sin permiso a mi habitación, el vaivén del viento esparce tu aroma por toda la habitación mientras que yo te deseo.
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El diario de un adolescente
PoetryLa adolescencia es una etapa en la cual los sentimientos atacan nuestras fortalezas físicas, mentales y sociales. Nos invaden sensaciones de soledad, tristeza y alegría. Llega un momento en el cual deseamos gritarle al mundo como nos sentimos y una...
