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Por lo general, odiaba estar solo 

La soledad solo crea una oportunidad para que su cerebro maquine y termine por pensar o imaginar situaciones que le desviarían del momento mismo de la realidad, también podría darle la mala suerte de ingresar recuerdos indeseables en el proceso. Por ello, intentaba encontrarse acompañado la mayoría del tiempo, pero siempre debía ser en compañía de alguien conocido o solo generaría un sentimiento amargo y de incomodidad 

Lamentablemente, en ese momento no había nadie alrededor

A menos de que las azafatas cuenten, su alrededor se encontraba careciendo de presencia humana. Los viajes en primera clase traían sus ventajas: comodidad, comida aceptable y seguridad; sin embargo, no viajaba en uno avión común 

Los jets privados eran aún más incomodos

Pero eso no significaba que desease viajar en clase económica. Un aspecto suyo que fue cambiando con el tiempo fue su preferencia a la atención recibida por personas ajenas a su vida cotidiana, ser observado paso de ser reconfortante a repulsivo; realmente no podía culparlos, no era arrogancia pero conocía muy bien cuanto llamaba la atención solo por su atractivo físico. Las miradas variaban entre interés, lujuria, envidia y curiosidad; ninguna le gustaba, no era agradable recibir ninguna clase de mirada de gente desconocida 

- Aterrizaremos pronto - giró su cabeza en dirección a la señorita encargada de acompañarlo en el vuelo - Ya le están esperando 

Tuvo un deja vu momentáneo: eran las mismas palabras en situaciones similares, pero con involucrados diferentes 

En esta ocasión, se sintió aliviado 

Regresar a una ciudad que abandonaste por motivos personales era difícil, pero regresar a un espacio del que te echaron haciendo uso de fuerza era peor

Tener a alguien que te espere era reconfortarle 

Tener a alguien que te espere era reconfortarle 

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O eso pensó 

Llevaba exactamente una hora con dos minutos esperando a esos dos muchachos que le recogerían del aeropuerto y le llevarían al departamento que consiguió hace unas semanas

Si no fuese por el peso de su maleta, ser iría a pie 

Y por su hermosa hija 

Entre sus brazos, una gata de tamaño pequeño dormía plácidamente siendo acariciada por las manos de su dueño - Nana - al escuchar un suave ronroneo no pudo contener su sonrisa - ¿Ya estas mejor? - hace unos momentos que recogió a su mascota de la zona de desembarque, la gata aún dormía cuando se la entregaron y, apenas despertó, empezó a llorar y girar en la jaula claramente descontenta

Afortunadamente, Nana era una gata muy dócil, no intento escapar ni arañarle cuando abrió la celda y la tomo entre sus brazos. Es por ella que se apartó de la mayoría de pasajeros y se sentó a esperar en una zona de descanso, se mantuvo la mayoría del tiempo a reconfortarla perdiendo la noción del tiempo 

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