Prólogo

134 9 0
                                    

Hafefobia: trastorno de ansiedad basado
en el miedo irracional al contacto físico
con otros. Miedo a tocar o ser tocado.


Las caderas de Ali se balanceaban suavemente.

Sus cabellos oscuros caían sobre sus ojos, sacudió un poco su cabeza para quitárselos.

No usó sus manos porque estaban manchadas de pintura. En la derecha el pincel con el cual estaba trazando finas líneas con tonalidades amarillas, naranjas y oro... Era como el otoño –y había una razón específica–.

Usaba una delgada camisa blanca, un poco traslúcida debido a lo bastante usada que ya estaba, había manchas que pintura por toda ella. Podían verse sus clavículas cuando se inclinaba hacia adelante para asegurarse que la pintura iba como él quería.

Pasó uno de sus índices nerviosamente bajo su labio inferior, que después mordisqueó. No le estaba gustando el resultado en su lienzo, ¿qué estaba mal?

"Aprendiendo a sentir" lo iba a llamar.

Oh, la ironía.

Doble ironía cuando salió de su burbuja de concentración artística y realmente prestó atención a la letra de la canción que sonaba en ese momento:

Oh, oh, woe-oh-woah is me
The first time that you touch me
Oh, Will wonders ever cease?
Blessed be the mystery of love... **

Una sonrisa amarga curvó sus labios y fue entonces cuando el chico de cabello oscuro se separó del marco de la puerta, donde ya llevaba rato recargado mirándolo, y caminó hacia él.

—Disculpa, pero tengo esta aula para mi clase de tres a cuatro. Faltan cinco minutos, no quiero ser grosero, pero...

Pero Ali usaba audífonos y no lo escuchó. Hubo un escalofrío sin razón aparente, algo cambió, algo ardió en su pecho y su mano voló al lienzo.

Inspiración.

Y Ferman realmente odiaba interrumpir su arte, pero de verdad necesitaba el aula. Sus alumnos llegarían en cualquier momento.

—Oye –ah, su índice apenas rozando el hombro del chico provocó el desastre.

Todo él se sacudió, una línea marrón cruzó su pintura perfecta.

El pincel cayó a sus pies. Más pintura en el piso.

Se giró horrorizado, uno de los audífonos se soltó, sus ojos azules tan abiertos y brillantes por las lágrimas, cielos oscureciéndose, una tormenta a punto de caer, se fijaron en el chico frente a él.

Y es que Ali padecía hafefobia y el chico que acababa de tocarlo no lo sabía.








Edad de Ali: 18
Edad de Ferman: 23

Agape [ALFER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora