Prefacio

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John estaba muerto; eso para empezar. No cabe la menor duda. Estaban en el hospital, Dean estaba despertando de su coma de una forma inefable, y mientras tanto Sam fue el que se encontró a John tirado en el piso mientras gritaba llamando a los doctores para que ayudarán a su papá, pero ya era tarde, John estaba muerto.

Sus dos hijos, Dean y Sam eran sus únicos socios, la única familia que le quedaba, ellos serían los que se encargarían de seguir con el negocio familiar, un negocio que les arruinó la vida desde muy jóvenes y les arrebató la felicidad durante muchos años.

Sam, a pesar de cargar con el dolor de aquella vida de cazador, pudo permitirse conseguir la felicidad una vez que había conocido a Aileen. Tenían una hermosa relación, y Dean se alegraba de que su pequeño Sammy pudiera ser feliz junto a la persona que amaba.

Pero aún después de que todo se había tranquilizado y no hubieran más apocalipsis, Dean nunca pudo deshacer la gran carga que empezó a llevar desde pequeño. Se sentía como Atlas cargando con un mundo sobrenatural en sus espaldas. Y para manejar mejor esa carga Dean solía beber mucho alcohol, pasar alguna noche con alguna mujer (aunque más adelante había abandonado esa costumbre) y vivir eternamente en el auto desprecio.

Nunca tuvo la oportunidad de ser realmente feliz, siempre arrastrando una enorme cadena por sus errores sin tan siquiera poder perdonarse uno solo. Castiel sin duda alguna fue una ayuda para aliviar un poco esa cadena, pero con cada vez en que lo veía perder la vida esa cadena se volvía más pesada, aún más después de que Castiel le hubiera declarado sus sentimientos justo para morir poco después.

Después de que Jack se convirtiera en el nuevo Dios pudo traer a Castiel de vuelta, y aunque solía visitar a los Winchester y ayudarlos en lo que ocupaban, Dean nunca pudo darle una respuesta a las últimas palabras de su amigo; nunca tuvieron un momento en paz para hablar de sus sentimientos, mayormente porque Castiel solía evitar a Dean.

Tampoco es que Dean se molestara si Castiel lo evitaba, después de todo cómo un mono sin pelo como él podría merecer el amor de un ser celestial y tan puro como Castiel; él no se merecía ser amado después de como trató a Castiel en multiples ocaciones.

Su relación con Jack no era la mejor, Dean sin duda se había encariñado con el chico, pero este tuvo que cargar con la descarga de ira y depresión de Dean sin tener la culpa de nada, y Dean no quería arruinar aún más su relación con él.

Jack los visitaba, pero Dean no solía hablar mucho con el nuevo Dios, Dean bromeaba y convivía un rato con el naphil y con el ángel, pero después de un rato se encerraba en su habitación para hundirse en la depresión.

Todo eso llegó a un punto de quiebre en una navidad de algún año, una navidad en la que Dean se reencontraría con una persona que no esperó volver a ver, y como esta... persona le anunciaría las visitas de tres entidades.

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Dedicatoria: A CarolinaSacco que de alguna de manera se convirtió en mi beta y me ayudó con la revisión de este capítulo :D

Notas porque yolo:

Mitología Griega; Atlas es el titán que después de la Titanomaquia (guerra entre los hijos de Cronos y los Titanes) fue condenado a cargar con el cielo.

Naphil, Nephilim, Nefilim según la biblia eran una raza de gigantes nacidos de la unión entre ángeles y mujeres.

Cuento de Navidad (Supernatural)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora