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Veo el miedo en sus ojos él sabe que va a morir que no tendré piedad es un maldito traidor una sucia rata que perdió valor cuando sele ocurrió la grandiosa idea de traicionarme, me llamaran loco o peor, pero me encanta torturar y ver la sangre correr por el cuerpo de mis enemigos, saber que soy yo quien está logrando romperlos hasta el punto de que deseen que su muerte sea rápida.

- Bueno escoria creo que tus lamentos ya me cansaron, me dirás lo que quiero saber y tal vez considere matarte rápido tú decides.

-Capo perdóneme selo suplico, le juro que no lo traicione.

-No me importa lo que digas stronzo solo dime lo que deseo.

-Creo capo que no entendió la situación, deberíamos volver a explicárselo.

-Nooo, selo pido les diré todo, pero no más por favor.

-Bien stronzo, habla.

-El señor Romano quería saber cuando el cargamento de armas llegaría para poder atacar y robarse la mercancía, eso es todo lo que sé, se lo juro.

-Sé que hay más, creo que no entendiste que no soy un hombre paciente.

-Capo solo me informaron de eso se lo juro, el señor Romano no se fía de nadie usted mejor que nadie sabe como es.

-Alessandro andiamo, no quiero perder más tiempo con este stronzo, córtenle su miembro y sus dedos y dénselo de comer al tiburón.

Salgo de la celda escuchando como el idiota grita mi nombre pidiendo piedad, pero para esa rata no hay piedad, me dirijo a mi despacho donde tengo una cita con el padre de mi futura esposa, al abrir la puerta los dos hombres se levantan rápidamente al verme entrar.

-Buongiorno Dante.

Lo miro y no le respondo simplemente me siento en mi silla sabiendo bien que deben estar mirando mi camisa blanca llena de sangre, coló mis manos en el escritorio y los observo fijamente.

-Tu hija ya sabe que será mi mujer.

-Por supuesto, ya estamos organizando como pediste la boda y todo será como la tradición dicta.

-Espero por tu bien Lorenzo que tu hija sea virgen porque como no manche mis sabanas con su pureza tú y yo tendremos un gran problema, odio las mentiras.

-¡MI HIJA ES PURA! acaso estás diciendo que no sé cómo llevar mi casa.

Me levanto y lentamente rodeo el escritorio, me pongo enfrente de la escoria de Lorenzo, ignorando a su acompañante lo agarro por el cuello y lo tumbo en el suelo, coloco mi pie en su cuello y lo miro fijamente.

-Que sea la última vez que me levantas la voz stronzo, yo no soy una de tus putitas a las cuales le metes tu diminuta polla, entendiste.

Presiono con más fuerza mi pie sobre su garganta logrando que tosa con fuerza y trate de buscar aire, cuando veo que es suficiente retiro mi pie y me vuelvo a sentar sobre mi silla.

-Disculpe a mi padre Capo, está algo  estresado por los españoles, mi padre no quería faltarle el respecto después de todo muy pronto seremos familia- me dice el mayor de los Bianchi.

-Lo perdonaré por su insolencia, pero que se retenga la próxima vez, porque no será tan amable como ahora.

-Por supuesto Capo o podemos ya tratarnos con más familiaridad, ya que muy pronto seremos familia Dante.

-Supongo que sí, será mejor que se marchen estoy ocupado, mi madrastra se encargara de todos lo detalles de la boda.

Suelto un suspiro pesado cuando estoy solo y miro el jardín desde la ventana que está situada detrás de mi silla, cojo la foto de Francesca y mis ansias por poseerla no se aplacan de solo pensar que su dulce coño virgen estará dentro de 5 días apretando mi polla me excita mucho, tengo tantas ganas de romper es pequeño y travieso culo, unos toque en la puerta interrumpen mis pensamientos.

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⏰ Última actualización: Aug 11 ⏰

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Kiss me DaddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora