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Apesar de la terrible derrota contra Argentina los sentimientos de frustración resguardados dentro de si querían salir a flote, pero nada salió, escucho a sus compañeros darse una que otra palabra de ánimo a lo que el decidió mejor apartarse un poco del equipo para despejar su mente.

Camino rumbo a los vestidores escuchando el conocido sonido de una regadera encendida y el quejido una persona dentro de ella.

El aroma a Uva y Mate empezó a espaciarse cómo perfume en el aire, su lobo reaccionó violento queriendo saber de quién era aquel dulce delicia que su olfato podía percibir

—¿Quien anda ahí?—Una voz conocida fue lo que resonó por el espacio cerrado

Su mente hizo un corto circuito al darse cuenta quien era el dueño de la voz; la vida parecía quererse burlar de él por sentirse atraído por aquel olor que el poseedor de él era Lionel Messi

La puerta semitransparente se abre revelando al único Omega de la selección Argentina viendolo fijo.

—Estas en celo...—Dice sintiendo el aroma del Omega cada vez más dulce a lo que su propio lobo está fascinado

—Acabas de descubrir América, Retirate—Apesar de estar entrando en calor Messi sonó indiferente ante sus fermonas, aunque por dentro era algo distinto.

Su instinto más primitivo necesitaba que el Alfa mexicano enfrente de el lo ayudará con su celo entrante.

Y no ayudaba en ninguna manera que le dijeran que los Alfas Mexicanos podía ser muy pasionales al atender a un Omega en celo.

Así que trato de no prestar demasiada atención al aroma del Alfa; Tequila con un ligero olor a picante.

—No puedes salir así, es peligroso—Hablo Memo preocupado por la seguridad del mejor futbolista del mundo

Y aunque Messi quisiera decir algo para llevar la contra, no pudo, por el simple hecho de que el rizado tenía razón.

—¿Y que sugieres?—Pregunto viendo el rostro de incertidumbre del otro.

—Te llevo a tu hotel—Fue su respuesta, apenas pudo entender por el calor que sentía, aquel doloroso hecho de la abstinencia que se sometió desde hace un tiempo.

—Entonces volteate, Tengo que cambiarme—Ordeno viendo al Mexicano obedecer

Su toalla cayó al suelo, dejándolo completamente desnudo permitiéndole cambiarse con calma sintiendo en el aire la ansiedad de Ochoa ante las fermonas que estaba soltando

Se puso cada prenda de ropa mirando de reojo que el Alfa no sé volteara, y cuando estuvo listo admiro la espada ancha y su cabello rizado.

—Ya puedes voltear—Exclamo mirando que el mexicano ni dos veces se volteo, su mirada lucía algo dilatada

El Omega se acerco al Alfa rizado que automáticamente lo acercó su nariz a la curvatura de su cuello

—¿Acaso te di permiso de olerme?—Pregunto Lionel demandante viendo fijamente los ojos marrones del portero

Esa actitud arisca atraía demasiado a Ochoa.

—¿Puedo olerte porfavor?—Pidio permiso Memo mirando al Omega sonreír complacido ante su actitud tan dócil y complaciente para ser un Alfa

—Sí—Dio su permiso al sentir su nariz  sobre su glándula Omega oliendo sutilmente su aroma, las fermonas del Alfa estaba enloqueciendo a su lobo, las piernas empezaban a debilitarse ante el aroma dominante del más alto lo que provocó que pusiera sus manos sobre los hombros de Ochoa

—Hueles increíble—Lo alago el mexicano provocando que se sonrojara

—Llevame a mi hotel—El calor de su sistema empezó a ser más fuerte y presencia del Alfa no ayudaba en mucho a su necesitado cuerpo.

[…]

Un auto de confianza los llevaba de camino al hotel, sentados en la parte trasera del auto el Omega no podía pensar mucho más de dos palabras que era un solo nombre : Guillermo Ochoa

—Duele más—Se quejo haciendo una mueca, miró al Alfa que trataba de autocontrolarse para no saltar sobre el argentino

—¿Cuando fue tu último celo compartido?—El sabía que llegaba un momento en el que si un Omega no pasaba su celo con compañía su cuerpo podía colapsar en algún punto

—Desde que estuve con Cristiano—Confeso un poco avergonzado Lionel solo para mirar la expresión sorprendida de Memo

—¡Eso fue hace seis años!—Reclamo espantado por todo el tiempo que había estado en abstinencia el argentino

—Nada que unos Supresores no arreglen—Hablo un poco molesto por sacar el tema a luz

—Los supresores a la larga hacen daño, ¿Lo sabes, no?

—No quiero estar con un Alfa, solo se preocupan por ellos—Otro tirón en su vientre lo hizo hacer una mueca de dolor

—¿Cristiano no te trato bien?—Pregunto curioso el Alfa

—Ese boludo egocéntrico solo preocupa por el y eso es en todo los ámbitos—Dando la clara referencia de que su ex era un imbécil

—No todos los Alfas somos así—Se excuso el mexicano mirando de manera intensa al Omega que estaba cada vez más cerca de él.

—¿Ah sí? ¿Y como eres Alfa?—Lo reto

—Puedo hacerte sentir muy bien…—El tono coqueto de Ochoa estaba haciendo que se empezará a mojar

—Quisiera descubrirlo—Sus miradas eran cada vez más lujuriosas con una pasión poco contenida

Solo esperaban llegar al hotel pronto.

Un poco de ayudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora