adaptación | jimsu . ❞
Yoongi es un omega suave, delicado pero bastante asocial ("bastante" en letras mayúsculas). Las multitudes son difíciles de digerir y prefiere simplemente evadirlas a toda costa, pero las cosas pueden simplemente cambiar c...
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Arrancaba pedazos del césped con sus dedos, dejándolos caer de vuelta sobre él, repitiendo el proceso una y otra vez.
Aburrido, completamente.
El clima era cómodo, una ligera brisa fría se había hecho en el día, dejando un sentimiento de frescura. Intentaba concentrarse en el libro que tenía en su regazo, repasando un poco de su última clase de Estadística, pero era casi imposible. El sonido de los silbatos, algunas voces a lo lejos y el paisaje del campo de fútbol de la escuela, eran distracciones.
Era viernes, de nuevo, y estaba más que feliz que así fuera. La semana podía categorizarla como la peor de su vida, el tema de Dohwan y los baños había perdido interés con los días pero no completamente, algunas personas continuaban hablando sobre eso, interviniendo en la vida del castaño. Otras más miradas sobre él, durante el almuerzo, en sus visitas a la biblioteca, en las clases o hasta sus horas libres que deambulaba entre las gradas del campo o el salón de círculos de estudio.
Era su último año y en verdad había logrado pasar desapercibido, ser invisible, pero sus planes no habían salido bien.
Sentado sobre el frondoso césped, en el campo, esperaba pacientemente a que su mejor amigo terminara la práctica de fútbol e ir a casa y comer pizza como todos los viernes. Prefería tomar asiento allí, antes que estar sobre las gradas, pasaba más desaparecido en un rincón bastante alejado.
Lograba divisar la figura de su mejor amigo correr por el campo junto con los demás jugadores del equipo, estaban preparándose para los últimos partidos de la jornada, entrenando tres o hasta cuatro veces a la semana. Namjoon era constante recordatorio de lo importante que eran esos entrenamientos y partidos, lastimosamente, Yoongi era un buen amigo y lo esperaba los viernes después de los entrenamientos y había asistido a cada partido de él, aunque odiaba estar rodeado de tantas personas, el cariño por ese alfa era mayor.
Entre su mente que recorría en seguir la pelota, recordar que había leído en esas cuatro páginas de su libro de estadística y que esta semana se sentía convencido de ordenar una pizza con orillas de queso, ni siquiera se percató de la presencia de alguien cerca.
—Hola, ¿podría sentarme?
El menudo cuerpo de un chico, su cabello cobrizo, ojos como el mismo olivo y estrellas besadas por el sol en sus delgadas y sonrojadas mejillas. Una linda sonrisa con sus dientes visibles y un suéter que aseguraba ser más de dos tallas que él. Yoongi no pudo evitar no pensar en las lindas calcetas que llevaba puestas con dibujos de astronautas y lunas. Casi de inmediato el olor a algodón de azúcar y fresa comenzó a intensificarse en el omega.
Yoongi lo reconocía, claro que lo hacía. Kim Seokjin, él se sentaba dos asientos detrás de él en Geografía, era completamente nuevo en la escuela, había llegado de intercambio al inicio de su último año escolar, y parecía ser bastante adorable.