El lindo y agradable chico de pelo teñido de rojo tenía una vez más prácticas por parte de la prestigiosa escuela para formar grandes heroes "U.A." a las cuales debía asistir sin excusa alguna, aunque realmente le gustaba ir, así que el hecho de si quiera pensar en faltar no era una opción. Todas las tardes saliendo de la preparatoria se apresuraba a arreglarse y a preparar sus cosas para partir al igual que sus compañeros, ya que ellos también tenían dicho trabajo; solo que Kirishima iba solo esta vez, desafortunadamente ninguno de sus amigos iba a la misma agencia que él.
Llegando a aquella agencia lo primero que hizo fue saludar a todos los presentes ahí con su encantadora sonrisa puntiaguda, procedió a ponerse su increíble traje de héroe y así empezó a hacer lo de costumbre: Salir a patrullar a los alrededores del lugar para resguardar la seguridad de los ciudadanos.
Dicho que la agencia a la que asistía se encontraba cerca del parámetro de un kinder, tenía que prestar más atención allí, cuidando de los pequeños niños, vigilando que todo estuviera en orden y ayudando a uno que otro niño a cruzar la calle. Se encontraba ahí, parado bajo el sol con sus manos en su cintura solo un poco agotado ya que el calor era realmente intenso y de estar corriendo de un lado a otro, pero nada que le hiciera querer descansar; realmente amaba hacer sus practicas.
Daban las 3:00 de la tarde en punto cuando los pequeños empezaban a salir de la escuela, inmediatamente el ambiente se tornó más alegre y cariñoso con aquellos niños corriendo y gritando con sus amigos, Kirishima automáticamente se alegró más, sin duda alguna los infantes le traían encanto a la vida.
Alguno que otro niño iba corriendo hacia Eijirou. "El otro día te ví en televisión mientras estaba con mi mamá", "Me gusta tu cabello", "Que dientes tan lindos tienes"; y cada comentario de los pequeños causaba una bonita sonrisa cuadrada en aquel aspirante a héroe, hasta que se le acercó a un niño que particularmente llamó más su atención. A pesar de que venía con su ceño un poco fruncido, él podía ver que detrás de esa carita venía un pequeño niño con algo de nervio; con algo abrazado entre sus bracitos totalmente pegado a su dorso, y mientras más se le acercaba, su corazón latía más rápido debido a la gran emoción que sentía, aunque físicamente era bastante tierno, había algo más que le intrigaba: Grandes ojos con su pupila rojiza, pelo rubio cenizo y un poco puntiagudo.
-R-red Riot, eres mi héroe f-favorito, y... cuando sea grande... ¡Quiero ser cómo tú!. Decía tímidamente mientras con sus pequeñas manos le entregaba una foto de aquel ídolo pelirrojo junto con un plumón, con obvia intensión de que éste lo firmase,
Kirishima no pudo evitar morir de ternura, sentía que tarde o temprano su corazón se le iba a salir, si de por sí el hecho de que alguien tan pequeño admire tanto su trabajo lo hacía querer llorar, el extraño hecho de que esté fuera físicamente parecido a aquel chico Bakugo, con quien ademas de que tenía un crush en él, estaban saliendo, lo hacía más enternecedor.
Eijiro se puso en cuclillas para así poder estar a la altura de su pequeño fan, estirando sus brazos para tomar aquella foto y firmarla. -¡Vaya! Que lindas palabras, me alegra tanto que mis actos te sean de inspiración, eso sin duda me hará esforzarme más.- Terminaba de decir con su peculiar sonrisa mientras le dejaba un bonito mensaje en su foto
"Me alegra mucho que seas mi fan, trabajaré más duro en el futuro ♡"
-Red Riot :]
Dejando a lado del mensaje una sonrisita y un corazón.
Nuevamente estiraba sus brazos para regresarle aquella nota. -¡Muchas gracias Red Riot, siempre serás mi héroe favorito!, es una promesa.
"¡Aahh!, se siente como si estuviera hablando con un pequeño Bakugo de 5 años" Pensaba Kirishima mientras veía a aquel niño quien tenía un brillo en sus ojos debido a la ilusión que éste tenía; luego de tener de vuelta en sus manos aquel retrato, se retiró muy alegremente con una enorme sonrisa que hacían resaltar los cachetes de su tierna cara.
Eijiro se levantó para seguir en su trabajo de patrullar aquella zona, ahora con mucho más ánimo del que ya tenía.
Pasadas las 6:00 de la tarde cuando terminaba su horario de vigilar la ciudad, regresó a la agencia para recoger sus cosas, despedirse de todos los ahí presentes y así poder regresar a las habitaciones en la UA junto a sus amigos. En el camino de regreso a casa solo podía pensar en ese momento tan emotivo que había vivido hace unas pocas horas atrás. Evidentemente aquel chico pelirrojo no había podido conocer a Bakugo a la corta de edad de 5 años porque apenas hace 6 meses que se habían relacionado por medio de la escuela, así que el encontrarse con un pequeño tan parecido (o al menos él suponía que lo era, ya que el rubio nunca le había mostrado una foto de el en su infancia) a Katsuki lo hacía sentirse muy sentimental. Poco conocía de éste, porque a pesar de que él tenía una gran apertura con el de dientes afilados, aún faltaba mucho por conocer de él, y viceversa, pero tenían mucho tiempo por delante para hacer todo eso.
De regreso a los dormitorios saludó a todos primeramente, para después de eso ir corriendo al dormitorio de Bakugou para poder contarle lo que le había sucedido.
-¡Suki, suki!- Gritaba mientras corría por el pasillo donde se encontraba la habitación del mencionado, para luego abrir la puerta al encontrarla. -Suki, ¿Estás dormido?- Entraba sigilosamente Eijiro, mientras Bakugo se encontraba acostado con su espalda pegada a la cama con su vista hacía el techo, vista que rápidamente fue puesta en el pelirrojo que entraba hacía los adentros del lugar.
-¿Qué diablos quieres pelo de mierda?, estoy tratando de dormir.- Exclamaba con un falso enojo.
Eijiro se volteaba para cerrar la puerta y que así la luz del pasillo no le molestara a su amado, ya que todo ahí dentro era oscuridad. -Tengo que contarte algo increíble que me pasó hoy mientras patrullaba.- Decía mientras tomaba asiento en la cama del rubio. -Pero antes, mejor dime cómo te fue a ti.- Sonreía, aunque la desesperación de finalmente contarle aquello era grande, primero prefería oír el día de su querido rubio.
-Nada interesante con Best Jeanist, lo mismo de siempre, platicas aburridas y regaños mientras patrullábamos por la ciudad; mejor dime que es lo que me querías contar.- Hablaba ya un poco más tranquilo Bakugou, sentándose en su cama con sus piernas cruzadas a lado de su pelirrojo, interesado en lo que éste quería contarle.
-¡Hoy mientras patrullaba cerca de un kinder, se acercó un niño dándome una foto para que le firmara, claro que lo hice con mucho cariño, pero lo que más me llenó de ternura fue que él se parecía completamente a ti de pequeño!- Bakugo se echó a reír con un leve sonrojo en sus mejillas, tapando su boca con su antebrazo.
-¡Hey!, no te rías bro.- Decía con un falso puchero en sus labios. -Fue lindo pensar que con quien hablaba era contigo pero de 5 años.-
-Kirishima, ni siquiera tienes idea de como es que lucía a esa edad, seguramente no es cómo lo imaginas, te lo aseguro.- Afirmaba Katsuki, mirando con su ceño fruncido como el de siempre, aunque amorosamente al pelirojo.
-Hmm.. Bueno, si ese es el problema, creo que no habrá otra solución que me muestres algunas fotos tuyas.- Hablaba muy aprovechadamente Kirishima, con una sonrisa en su cara
-¡Cállate pelo de mierda!- Decía mientras éste se recostaba nuevamente en su cama a la vez que hacía un lugar para el de pelo teñido. -Ven aquí.-
Y así, ambos tomaron lugar en la cama del rubio, cubriéndose de la fría noche de invierno dentro de su habitación, acurrucados y abrazados listos para ver algunas fotos antiguas de éste. No había duda que el corazón de Suki se había ablandado con la llegada de Kiri.
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[ KiriBaku ] - One Shots
FanfictionUnas cuantas de las tantas aventuras que seguramente viviría éste dúo. Lista de One Shots Kiribaku en un solo 𝙡𝙞𝙗𝙧𝙤 para no ponerlos todos en separado:]