Prólogo

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Escuché los pasos de él al bajar las escaleras y me removí trantando de parecer cómoda.

—¿Quieres hablar de algo? —dice y niego con la cabeza—. Pues, bien. Voy a salir, luego vengo, no me esperes, cariño. Te amo.

Besa mis labios y se va cogiendo su chaqueta negra. Cierra la puerta y cuento hasta diez. Me pongo las zapatillas y mi chaqueta con capucha, esperaba pasar desapercibida.

Lo llevaba siguiendo ya 15 minutos. Y me estaba arrepintiendo de hacerlo, quizá debería de ser más confiada con él. Quizá, y solo quizá debería de dar media vuelta e irme al departamento y dejarlo tranquilo, y hacer como si nada habría pasado.

Mis pies no me obedecían, solo lo se movían tratando de no hacer ruido y no ser descubiertos. Llegué al bar donde siempre se encontraba con sus amigos. Entré y lo observe un tiempo considerable. Solo lo veía platicar con sus amigos y beber. Me mordí el labio y me encamine para la salida de este.

—Pensé que no ibas a venir, Sean —dice una voz femenina—. Como tu noviecita te tiene muy controlado—dice melosa.

Doy un respingo. Me volteo rápidamente y doy gracias a que el gorro dentro de la capucha, me ayudara a pasar desapercibida, contando de que al frente estaba Sean con —creanme que no lo creo— Emma, muy juntos y melosos.

Sentí mi corazón romperse, pero no hice nada. Solo los veía. Sabía que eran amigos, y no tenía nada en contra pelos de punta de solo pensarlo.

—No, nadie me puede controlar. Ni siquiera ella —dice apoyándose en su brazo derecho para mirarla mejor. ¿Eh?—. Por otra parte, mirate. Te has producido mucho hoy, ¿No crees?

—Todo por impresionarte —dice acercándose más con una sonrisa en sus labios rojos—. Además, los dos sabemos que esa relación no da para más. —lo mira y le guiña el ojo—. Sean, te conozco, ¿Estar detrás de ella todo el día? Joder, no eres su puto perro faldero. Y, aunque me lo niegues, los dos sabemos que estoy mucho mejor que ella.

Se acercan y él sonríe y se besan. Tampo mi boca para evitar hacer algún ruido. Salgo corriendo del establecimiento y lo único que quiero es irme. Y olvidar lo que vivimos, todo lo que sentía por él. Por que, cuando él estaba a mi costado todo parecía estar tan bien. Él me mostraba el color de la vida, ahora sin él, todo es gris y sin vida.

—¿Alice? —volteo por inercia y lo veo parado. A centímetros mío.

Tan solo mirarlo me partió el corazón. Pues solo mirarlo veía su traición. Veía a Emma encima de él. Me lamento y salgo corriendo al departamento.

Todo lo que tuvimos, ya no vale. Todo lo que pensamos, soñamos e hicimos es polvo ahora. Por que, después de su traición mis demonios aparecen nuevamente.

Dreams FallenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora