Male Character x Top Male Reader

Tsukishima Kei

Anime- Haikyuu

Smut

(No voy a estar haciendo pedidos ahora mismo ya q tengo muchas tareas q hacer y ya el viernes es mi ultimo chance de entregar todo D: voy a subir los one-shots q tenga listos ^^)

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Tsukishima nunca pensó que se encontraría en una situación como esta.

Estaba completamente expuesto y en cuatro patas. Debajo de tu gran cuerpo, sintiéndote cada vez más nervioso por tu mirada depredadora en cada parte de él. Tratando de ocultar sus gemidos y gemidos de placer para no sentirse tan patético consigo mismo.

Su fachada de chico arrogante y egoísta caía más y más con cada poderoso empujón de su polla, siempre dando en el lugar correcto y provocando espasmos por todo el cuerpo de Tsukishima. Solo necesitaba una polla y palabras degradantes para dejar de ser un mocoso. Si pudiera pensar un poco más, estaría avergonzado por la forma en que permite que lo domines.

Otro fuerte gemido sale de la boca de Tsukishima mientras entierra su rostro en la almohada para que no puedas ver las lágrimas de placer corriendo por sus mejillas sonrojadas. Una de tus manos que sostenía la cadera magullada de Tsukishima va directamente a su cabello. Tiras con fuerza de su cabello, haciendo que su espalda se flexione maravillosamente. Siempre le encantó la forma en que tirabas de su cabello, también le encantaba la forma en que podías manejarlo fácilmente y moverlo cuando te apetecía. Acercas tu rostro al cuello de Tsukishima, dejándole pequeños besos.

"¿Por qué escondes tu cara, puta? ¿No quieres que vea cuánto estás disfrutando esto?" dices mientras aceleras el ritmo de tus embestidas. Aprietas tu agarre en su cabello. "Sabes cuánto me gusta verte llorar". Tsukishima deja escapar un grito de sorpresa cuando empujas su cara contra la almohada. Lo haces tan bruscamente que le quitas el aire de los pulmones, pero a él le encanta. Le encanta ser tratado de esta manera. Y lo sabes perfectamente.

"Sé lo mucho que te gusta que te trate así, perra repugnante. Para dominarte de esta manera y deshacerme de esa maldita actitud que tienes" quitas la mano de su cabello para agarrar su cadera nuevamente y Tsukishima siente cómo vuelve a respirar poco a poco. Es asfixiante, la forma en que lo follas lo asfixia, pero siempre quiere más.

A medida que pasan los minutos, siente cómo se acumula su orgasmo. No es la primera vez que se corre, pero se siente tan bien como todas las veces anteriores. Tsukishima acerca su mano a su polla y comienza a masturbarse rápidamente para acelerar su orgasmo, pasando sus largos dedos por su cabeza.

"¡A-Ah hah! me-me voy a correr, me voy a correr. ¡Por favor! ¡por favor, ah! déjame correrme" Tsukishima apoya su rostro contra la almohada para verte mejor y jura que podría morir por el forma en que ves en ese momento. "¿Vas a dejar que me corra? ¡Por favor, te lo ruego (M/N), perdón por ser un mocoso!" En ese momento, Tsukishima ya está llorando, sus ojos giran casi imposiblemente hacia atrás, los dedos de sus pies se curvan y su lengua sobresale para posarse en sus labios magullados.

Lo tenías donde querías. Totalmente sumiso, tonto y necesitado. Le sonríes con cariño y apoyas tu amplio pecho sobre su espalda sudorosa para cambiar el ángulo de tus embestidas, cubriéndolo. "Eso es todo Kei, córrete para mí y haz un lío. Quieres ser mi buena zorra, ¿no?" Tsukishima ya ni te responde, no puede. Con fuertes espasmos se corre sobre el colchón. Largas tiras blancas que no dejan de salir.

Vuelves a colocarte de rodillas y disminuyes la velocidad, hasta que sacas tu polla y dejas solo la punta en el pequeño agujero de Kei, segundos después lo embistes con fuerza otra vez.

Tsukishima deja escapar un fuerte grito y siente que se corre una vez más, en segundos. No puede más, el cansancio está en todo su cuerpo. Serás su fin. Con la poca energía que le queda trata de alejarse, levantando los brazos para alejarte. "(M/N)! N-no puedo!! No puedo soportarlo, porf-ah! por favor, me duele!! AH" te encanta verlo así, llorando y rogándote que pares. "Cállate y tómalo" es lo último que dices antes de empujar su cabeza hacia atrás contra la almohada mientras lo escuchas hipar y sollozar, una vez más aumentando la velocidad de los empujes y sobreestimulando su próstata.

Lo harías, te detendrías si supieras que él no puede soportarlo más. Pero es Tsukishima, y ​​sabes cuánto le encanta que lo follen hasta que no puede pensar ni caminar al día siguiente.