𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐢𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚𝐬

George Weasley

Eras amiga de los gemelos Weasley desde literalmente siempre, tus padres formaban parte de la orden del fénix en la primera guerra mágica, en la cual perdieron la vida como héroes. Ellos eran amigos de la familia Weasley por lo que Molly y tú madre decidieron criarlos juntos como una sola familia.

Tu veías a los revoltosos gemelos como hermanos, menos a George, el té hacía sentir mariposas en tu estómago cada vez que lo mirabas y lo sorprendías mirándote. Lo amabas desde el primer día, y el sentimiento era mutuo, George siempre sonreía al escuchar tu nombre y era algo obvio para toda la familia Weasley, los cuales los emparejaban siempre a sus espaldas

(...)

Era navidad, estabas tranquilamente leyendo en el sillón del salón de la madriguera, esperando la llegada de Harry, Ron y Hermione que prometieron llegar hace 10 minutos.

—Hola Ali...—Saludó George con una sonrisa nerviosa en el rostro bajando de las escaleras temblorosas.

—Hola George—Devolviste el saludo con una sonrisa cálida— ¿Y Fred?

—Fred—Borró la sonrisa de su rostro—No lo se, ¿por que te importa tanto Fred?

—Porque es mi amigo, casi hermano—Dijiste, pero luego comprendiste la situación y los celos de George—Aparte me cito para algo privado en la noche—Jugaste.

—No me importa, ¿por que me lo dices? No me importa lo que hagas tú y Fred, lo dices como si me importara, y no me importa, si es por mi cásense, no me importa.

—¿A quien no le importa quien?—Llego Molly de la cocina con unas deliciosas galletas de jengibre en sus manos enguantadas.

—Nada, mamá—Respondió el—¿puedo?—Pregunto George con la mirada en los bocadillos.

—Si, pero, si se dejan de tonterías y se confiesan su amor de una vez por todas—Sentenció la madre de los Weasley.

George y Ali se ruborizaron a más no poder, Ali miraba fijamente la situación y George desviaba la mirada.

—¿D-de que estás hablando mamá?—Titubeo, George— No existe ningún amor.

—Claro que no existe, pero si existe entre yo y Fred—Hablo ahora Ali—Si me disculpan le llevaré una a mi Freddie.

Agarro una galleta de jengibre y subió las escaleras, dejando a madre e hijo con la boca semi abierta. George se sentía terrible, creyó que Ali igual sentía lo mismo.

Molly golpeó levemente la cabeza de su hijo.

—¡Ay! ¿Y eso por que?—Se quejó George.

—Y todavía preguntas, ¿dejas que la chica que amas desde que naciste se vaya solo porque tú no puedes demostrar tus sentimiento?—Retó Molly modulando muy bien.

—Mamá, es que no es tan fácil como tú crees, he intentado de todo para que ella se fije en mi y ella siempre habla de Fred, Fred, Fred—Dijo George con un aura triste.

—George, al parecer eres el único que no se da cuenta que ustedes dos están babeando el uno por el otro—Explicó su madre.

—¿Que?, ense-

George se vio interrumpido por los pasos rápido de Ali bajando las escaleras, quien corriendo fue a abrazar a George.

—¿Es eso cierto?, ¿en verdad te gusto?—Pregunto Ali colgada del cuello del pelirrojo.

—Obvio que es cierto, linda—Confesó un poco desorientado George— Pero, tú dijiste que había amor entre tú y Fred, y le dijiste Freddie, a mi nunca me dices apod-

Nuevamente fue interrumpido por un beso de la rubia, era un beso tierno pero apasionado, George posiciono sus manos en la cintura de Ali y ella abrazaba con mucho amor su cuello.

Se separaron e inmediatamente se miraron a los ojos, como si estuviera practicado.

—Hola Mamá, ya llega-

El trío de oro confundido había llegado en un mal momento, bueno, no es primera vez.