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CHAPTER ONE. ¡Oh dios mío, mira ese rostro!
EL DÍA SE PINTABA con ganas de llover, aunque nada de eso me importa realmente en este momento. La bruma que nos envuelve es demasiada como para fijarme en el maldito clima.
Los besos que bajan por mi cuello para después regresar a mis labios como su punto de partida, se están volviendo cada vez más fuertes. Al parecer para Ajax todavía pueden llegar a ser mucho más intentos, sino que lo diga mi espalda que se encuentra acorralada contra la puerta.
Ya ni recuerdo en que momento llegué a estar solo con la camisa blanca del uniforme, sin embargo caigo en cuenta que tengo tres botones de ella sueltos, Ajax es demasiado insistente queriendo bajar mas allá de mi cuello como para no darme cuenta.
Agregando a sus besos, unas cuantas serpientes se escapan de su gorro y lejos de convertirme en piedra, lo que hacen es darme pequeños mordiscos en un espacio sensible del cuello, hacen que el ambiente se vuelva más caliente.
Se que a Ajax le molesta que en cada una de las pequeñas sesiones que tenemos, las serpientes intenten salir de su gorro de lana, pero a mí, la verdad es que me excita demasiado cuando sueltan un poco de su veneno, es como estar en el espacio.
Sube sus besos para centrarse de nuevo en mis labios, puedo sentir como su lengua se adentra a mi boca creando más saliva que hace que el beso se transforme en uno mucho mas húmedo. Mucho menos inocente.
Aunque nunca hubo nada inocente con nosotros.
Sus manos en mi cintura tratando de acercarme más a su cuerpo, apretando hasta que siento sus delgados dedos haciendo presión, conteniéndose a si mismo. Y se que su intención es llegar un poco más lejos, sin embargo ya hemos hablado sobre eso, el sabe que no le daré más estos pequeños momentos.
Mi relación con Ajax comenzó dos meses después de la ruptura con Xavier. Siempre hubo pequeñas miradas escondidas detrás de risas amistosas entre compañeros, nunca les tomé atención, las ignoraba pero siempre estuvieron ahí. Solo hizo falta una fiesta y una borrachera, para que me estuviera casi empotrando en los baños mientras los demás seguían celebrando.
El siempre fue ese amigo que me consolaba cuando lloraba después de tener alguna pelea con Xavier. De hecho esto se siente como un pago por todo el apoyo que me dio, además digamos que disfruto bastante saldando esa deuda tan grande.
— Ya es hora de irme.— le digo viéndolo a los ojos con mis labios a centímetros de los suyos, con mi respiración entrecortada y sintiendo su aliento chocar con el mío.
Ajax me responde subiendo sus manos a mi cuello para darme un beso bastante profundo, a el le gusta darme de esos. No me pienso dos en si responderle o no, la verdad es que no me creo capaz de rechazarle un beso.
