O5 | ── 🎭

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─── " No se cuantas vidas me faltan, pero en cada una de ellas
espero encontrarme contigo " ───
Edgar Oceransky

Después de que YoonGi abandonara la cabaña del curandero, el Sol empezaba a asomarse desde el horizonte y Jimin se sorprendió por notar que había pasado varias horas con los adorables cachorros. Caminó hacia el reloj que estaba colgado en la pared y frunció sus labios al no saber descifrarle.

Descartó la idea de leer la hora y siguió explorando por todo el lugar vacío, observando algunos papeles viejos que estaban en unos cajones o también observando por la ventana.

Un estruendo a lo lejos provocó que se sobresaltara en su lugar y agudizara su audición, luego notando como numerosas gotas de aguas caían fuera; cubrió sus oídos molesto por el horrible sonido de los relámpagos que caían sin cesar y que lo hacían sobresaltarse en su lugar.

Sin poder encontrar solución entró a la cama y cubrió sus piernas con la manta, pegándose a la esquina, esperando que por la puerta entrará el Alfa. Y sí, Jimin era alguien que no confiaba demasiado rápido en las personas pero extrañamente se sentía querido y cuidado cuando YoonGi lo trataba bien estando juntos, era una sensación extraña que lo complementaba su lobo correteando de lado a lado al percibir el aroma fuerte que el Alfa poseía.

Extraño, ¿No? Pues para Jimin sí, puesto que por primera vez en su vida había recibido un trato digno por parte de un Alfa.

Suspiró y empezó a jugar con sus dedos, queriendo distraerse de los fuertes estruendos afuera y concentrarse en el juego, esperando por su llegada.

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Después de que MinSeo y JaeSang estuvieran en sus camas, caminó por los senderos, sintiendo su estómago rugir.

Jimin debe tener hambre. Pensó y asintió para sí mismo, desviándose en el camino para poder ir al pequeño invernadero que cuidaba su madre, este estaba lleno de diversas bayas y frutas.

Ingresó allí tomando una pequeña canasta para poder recolectar varias frutas y proveer al Omega herido, primero escogió varias uvas tanto verdes como moradas y las dejó allí; caminó por el pequeño espacio entre las plantas y se agachó para agarrar muchas, muchas ─ para no decir demasiadas ─ fresas. Había notado que Jimin era amante de las fresas porqué se comió todas las que con aquel día lo alimentó.

Porque sí, no podía evitar inflar su pecho de orgullo al ver como el Omega disfrutaba de los alimentos que había traído especialmente ─ y solo ─ para él. Sonrió en grande al recordar la hermosa sonrisa que poseía el lindo Omega.

Continuó con su trabajo y al terminar, las colocó en una bolsa de tela y la amarró seguramente para que no se escaparan. Regresó a caminar por los senderos, deteniéndose abruptamente al percibir como el día se estaba poniendo frío y el sol se estaba poniendo, así que realizó otro desvío.

Dejó la bolsa en el suelo y tomó el hacha, cortando unos trozos de madera para poder encender la pequeña chimenea y darle calor a Jimin en las noches frías de Invierno. Arregló sus mangas y tomó el hacha, comenzando a cortar varios pedazos de madera sin parar para poder terminar lo más rápido posible, sus venas se marcaban debido a la fuerza que ejercía y se detuvo al sentir unas gotas golpear su cuerpo hasta que una lluvia cayó y maldijo entre dientes por ello.

Se apresuró en tomar los pedazos de madera en su mano, frunciendo su ceño al sentir dolor en la palma de su mano ─ hecho que ignoró ─ así que tomó en un brazo los pedazos de madera y en otro la bolsa, sorprendiéndose al ver un hilo de líquido rojizo correrse por su muñeca hasta su antebrazo.

« Líder » || Yoonmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora