— ¡Oh, vamos! ¿Te comiste mis chocolates de nuevo?
— No...
— ....
— Bueno, quizá unos cuantos, sabes cuanto amo el chocolate.... lo siento.
— No tienes de que disculparte, Elsa, siempre es bueno cumplir nuestros antojos.
En ese instante, Anna se acercó para limpiarle los restos de chocolate mientras le lanzaba una mirada juguetona y en sus labios se dibujaba una sonrisa.
— Gracias..
— No te preocupes... puedo comer más chocolates luego. — dijo Anna, queriendo ocultar en vano sus gestos. Se había quedado con las ganas.
Elsa de inmediato se dio cuenta.
— Puedo traer más chocolates. Después de todo, no fue correcto lo que hice, debo compensártelo de alguna forma.
— Si de eso hablamos, entonces, no quiero chocolates, se me antoja otra cosa. — articuló, cambiando su semblante a uno más juguetón, arqueando ligeramente sus cejas.
— ¿Qué cosa?
— Es algo mejor que el chocolate...
— ¿Ah, si? ¿Y qué puede ser mejor que el chocolate?
*sin respuesta*
— ¿Anna?....
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