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Mi relación con Charles iba de maravilla. Este hombre me hacía sentir cosas que ningún otro me había echo sentir, la relación era de ensueño, todas mis amigas decían que era el indicado, que era el que me merecía, tal vez exageraban, pero mi mente estaba totalmente de acuerdo con ellas.
Me veía al espejo, viendo el vestido verde esmeralda pegarse a mi cuerpo, nos preparábamos para la cena de cierre de temporada que organizaba Lewis en su yate aquí en abu dabhi.
-Dios mío, te vez demasiado sexy en ese vestido- dijo el monegasco detrás de mi, llevaba un traje, y la camisa un poco abierta dejando ver su pecho, se acercó hacia a mi tomándome de la cintura y plantándome un beso en mi hombro descubierto- las ganas que me dan de arrancártelo y follarte en este momento. -rei por lo bajo y me volteé para verlo, y lo bese.
Pero no era de esos besos románticos que das la primera vez que te enamoras.
No.
Era de esos besos llenos de calentura, de ganas de follar, de ganas que me arrancara este vestido de miles de euros y no ir a la cena.
Me separé de él para verlo, sus ojos eran hermosos, acaricié su mejilla y este beso mi mano.
-Charles no podemos faltar a esta cena. ya hemos faltado a las otras que organizaron los otros pilotos, nos veríamos mal si faltamos también a esta- dije acomodándole el traje
-Ugh..okay mon amour, pero cuando volvamos, ten por seguro que mañana no podrás caminar - dijo en mi oído, y yo sonreí. el sexo con el era maravilloso, me hacía sentir como si nada en este mundo existiera, solo el y yo en una cama.
Nos dirigimos hacia su ferrari, y empezamos el viaje hacia el puerto, donde se encontraba el yate del anfitrión.
...
-Charles, Camille!- grito lando extendiendo sus brazos para abrazarnos- milagro que están aquí! no los había visto desde la ultima carrera- dijo tomando de su vaso de vidrio.
-Lando?..estás ebrio?- dijo Charles riendo
-Que, yo?- bufo - no!, solo fueron- empezó a contar con sus dedos, un poco desconcertado - cuatro? cinco? que importa- dijo riendo separándose de nosotros y desapareciendo entre las personas que había.
Busque un lugar para poder sentarme y poder tomar lo que anteriormente había pedido de la pequeña barra que había; cuando divise un sillón pequeño, le hice una seña a mi novio de que estaría sentada en ese sillón.
Carmen, la novia de George Russell se me acercó con Heidi Berger, la novia de Daniel, eran mis únicas amigas en este mundo de la formula 1, son a las que conocí primero al llegar a mi primera carrera.
-Camille! que bueno verte!- me puse de pie para poder abrazar a Carmen y a Heidi, las dos llevaban copas con lo que creía ser champaña- Dios te ves hermosa- dijo viéndome
