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Pocos días han transcurrido desde que se encontraron, cabe mencionar que, aunque haya sido poco tiempo, sentían una conección especial y las cosas entre ellos fluyen tan naturalmente, como si desde un inicio esa temporada en sus vidas ya fuese planeada por el destino.

Claro que a veces había ciertas complicaciones y diferencias entre ellos, como toda nueva relación que empieza a convertirse de a poco en algo más.

— Baji— lo llama por cuarta vez; la ventana está cerrada, así que él está en la casa—, volviste a tomarte toda la leche y eso no es justo— habla en voz alta, sabe que anda por ahí y lo puede escuchar.

El último lugar que deduce como seguro dónde puede estar escondido es su habitación, duerme seguido sobre su cama en vez del sofá o el cojín.

Abrió la puerta, se asomó viendo su cama vacía, eso le extrañó, dió un par de pasos para traspasar el marco de la puerta cuando de pronto...

"¡Miau!"

— ¡Aahh!— tuvo que taparse rápidamente la boca para cortar el grito por el susto que le dió el minino. Se había escondido detrás de la puerta para sorprenderlo—. Eres un...

Y el animalito solo mostraba una pequeña risa divertida mientras sisea por lo bajo y sus pupilas se dilataron al lograr su cometido, podría acostumbrarse a eso.

A Hanagaki no le hizo gracia, un día de estos le dará un infarto, así que decidió darle una pronta lección, lo empezó a perseguir por toda la habitación.

— ¡Quédate quieto!— Baji se le escapó como agua de entre sus manos.

"Nya"

Fue lo que expresó, negó, en burla mientras sigue corriendo. Es un alivió que su pata ya esté sanada; porque puede escapar es que le hace tantas travesuras.

Parecía más un juego que una cacería; Keisuke no se dejaría atrapar fácilmente y Takemichi no dejará de perseguirlo hasta alcanzarlo y regañarlo como se debe, pues hasta ahora se dió cuenta de la verdadera personalidad de ese gato:

Es rebelde, imperativo, perezoso, solo cuando ha terminado sus tareas en la casa, juguetón y a veces bastante violento, sí, ya lo ha visto pelear una vez con otro gato que pasó casualmente por la zona donde él camina para ir hasta la ventana.

El pelinegro ya se estaba cansando y ese gato parece líquido, no logra sujetarlo. Baji subió a la cama para brincar al marco superior de la ventana, pero sus garras se quedaron atoradas en las sábanas, quedando atrapado por un instante, cosa que el dueño aprovechó.

— ¡Te tengo!— prácticamente lo aplastó contra el colchón, solo un poco para no lastimarlo y lo suficientemente firme para que no se escape, finalmente lo tenía.

"Nya..."

No tuvo más remedio que transformarse y así lo hizo, agradece que en ningún momento haya sujetado sus brazos, ahora ya no estaba tan indefenso.

— ¿Ah?

Baji sonrió de lado y en un movimiento rápido cambió de posiciones, ahora él se mantenía encima del pelinegro, quien no reaccionó a tiempo y sus manos ya están atrapadas por él.

— ¿A quién dices que tenías?— cuestiona retórico, haciendo enojar al otro.

— No es justo, tramposo— empieza a forcejear para apartarlo.

— No soy tramposo, tú eres lento— su sonrisa muestra sus grandes colmillos, cosa de la que se siente orgulloso de tener.

Era inútil cuánto se esforzara Takemichi, no puede apartarlo porque claramente la diferencia entre fuerzas es notoria, tanto que después de un rato se dió por vencido aflojando su agarre, haciendo que el azabache casi lo aplaste.

¿Puedo quedarme aquí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora