Guanyin Baby Surprise

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Época antigua, post canon, mpreg, angst, sangre

Más notas al final


"Xichen... Si el tiempo es una eternidad..."

"Quiero pasarla contigo, A-Yao"

~*~

Jin Guangyao observaba las hojas del árbol de magnolia caer, en su letargo. El sangrado no se detenía como en otras ocasiones. Su garganta ya estaba muy irritada y se había vuelto incapaz de hablar bien. Sus ojos llorosos anhelaban una calidez que era indigno de recibir, pues ya había pasado alrededor de año y medio desde que todo el mundo del cultivo se había enterado de sus delitos.

Confinado en la casa de las gencianas, en los Recesos de las Nubes, pasaba su existencia desde que Lan Xichen decidió arrestarlo. Sin embargo, a pesar de salvarle la vida, Zewu-Jun jamás se reencontró con él a pesar de vivir en el mismo territorio.

Ahora en su agonía, recordaba la última vez que lo había visto. Se había despertado después de 3 días tras el cansancio provocado en los incidentes del Templo Guanyin. Lan Xichen estaba a su lado, pero en cuanto pronunció una palabra, el Jade se levantó y se retiró, dándole la espalda y sin decirle algo. Ese día, Jin Guangyao lloró amargamente, con una carta entre sus manos donde le decían que viviría en confinamiento eterno y que, como líder y hermano jurado, Lan Xichen no lo volvería a ver para no caer en sus mentiras y traiciones.

En el confinamiento, sus comidas eran entregadas por los discípulos jóvenes, su ropa seguía de un precioso amarillo pastel, anaranjados y marrones, casi como si quisieran recordarle que él seguía siendo un Jin manchado por la sangre y sin oportunidad de redención. Incluso, en el escritorio habían dejado un recipiente con pasta bermellón para que se dibujara el punto rojo entre las cejas si quería. Todo le recordaba que era un Jin. Antes le habría encantado, ahora todo recuerdo de ello lo sofocada.

La tarde se estaba convirtiendo en noche y él se estaba yendo junto al ocaso. Sus pañuelos ya estaban completamente manchados de sangre y se estaba quedando sin material para limpiarse. Sólo le quedaban la colcha y las sábanas. No había hablado de su enfermedad con nadie, siempre aparentaba estar más fresco que una lechuga. Para su fortuna, sus ataques los sufría en su soledad y los discípulos que le llevaban la comida sólo la dejaban y se iban. No se tomaban la molestia de conversar con él. Bueno, todos menos uno.

Lan Jingyi fue el único discípulo que se atrevió a romper el hielo y hablarle casualmente.

—Buenos días LianFang-Zun, aquí esta su comida. Hoy hace un clima muy hermoso, el Sol brilla y las aves están sobre el techo de su casa

—Buenas tardes LianFang-Zun, parece que hoy va a llover. Abríguese bien. No vaya a coger un resfriado. ¿Quiere que le traiga una cobija extra?

—Buenas noches LianFang-Zun, hoy la Luna está hermosa. ¿No quiere escuchar una canción? El silencio debe ser muy frustrante para usted

Cada vez que Lan Jingyi era el encargado de llevarle los alimentos a Jin Guangyao, siempre se quedaba unos 5 minutos charlando sobre el día a día en los Recesos, aún si el cautivo no le llegase a contestar nada. Un buen día, A-Yao se dignó a contestar y agradeció a Jingyi por su compañía. Desde ese día, a Jingyi le tuvo buena estima a Jin Guangyao, pues era el único en Gusu que no lo callaba y regañaba por hablar tanto. Al contrario, él lo escuchaba atentamente y a veces le hacía algún comentario.

En este ocaso, Jin Guangyao anhelaba la compañía del joven discípulo para no estar tan solo. Ni siquiera al joven Jingyi le llegó a comentar algo de sus pesares físicos y emocionales.

XIYAO One Shots 💙💛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora