Un asedio tan abrupto a mi corazón simplemente resquebrajó mi alma.
Eres tú, entonces, quien agujereó mi armadura sin pena o reparo, te importaron poco mis advertencias, sin embargo, mírame, el desenlace me hizo pagar a mí, el combustible, que a ti, mi ardiente llama roja.
Me dejas dolor, eso es lo que rastro veraniego salpica por mi suelo, que tambaleante se pudre bajo los cántaros salados cuya condensación es, sin reparo alguno, tu culpa absoluta.
No lo sientes, no lo sabes, y como tonta y sosa mujer yo perpetuo mi propia agonía, demasiado masoquista para dejarte a ti, adicción horrífica.
Nuevamente, embustera voz dulce, tramposos son tus ojos, hielo, con tus sonrisas amables y desinteresadas. No puedo más, amor mío, duele mucho.
Arrasas, contra bosques, mareas, eres aquel fuego eterno llameante, nacido de la pasión, de la gloria y abundancia. Tienes todo lo que me falta, y quizás por ello anhelo tus caricias, tu protección.
• • •
Sus dedos congelados acariciaron la superficie abultada en la que las duras teclas manifestaban el carácter impreso. Rígida, erguida y pensativa, refurfulló internamente al agarrar la hoja recién escrita.
El perfume de la tinta recién aplicada invadió sus sentidos agudizados, y aquello casi la convence para no manifestar sus intenciones. No obstante, risillas mal disimuladas golpean las paredes, retumban en su eco, propiciando el empujón necesario.
Agresiva como jamás ha sido, la hoja se partió en sus manos, destrozándose en dos, en cuatro, en ocho, dieciséis, treinta y dos pedazos manchados. La acción violenta provocó intriga en su compañera, quien apartó la vista del celular vibrante para fijarse en Merlina.
“¿Merlina?” preguntó Enid, sentándose.
Permaneció silenciosa, tomando una botella rellena en queroseno. El papel fue tirado en una cubeta de metal cuyo fondo descolorido avisaba haber sido quemado con anterioridad.
“¿Qué es eso?” Enid, ahora más alerta, olfateó el aire. Ajena al hedor del combustible, solo pudo distinguir una peligrosidad adyacente al ser lanzado junto al papel en el cubo.
“Espera...” se levantó de un brinco cuando Merlina tomó un fósforo “¡No, espera!” claramente, no llegó a tiempo.
El papel ardió a una velocidad estrepitosa, el cubo calentándose y el ambiente apestando.
“¿Por qué hiciste eso?”
“Una esperanza”
Enid no entendió, ajena a las expresiones nunca antes vistas en Merlina. Frunció el ceño, mirando la pira arder.
• • •
Lo quemó Merlina porque no pude hacerlo yo.
Odié la introducción, pero fue lo bastante simple para que todas las personas pudiera entender lo que nuestra querida Addams deseaba manifestar.No será tan sencillo después.
Gracias por leer!
(publ.: 04/12/2022 :: ??)- A
ESTÁS LEYENDO
letters • wenclair
Fanfiction"Apabullante sensación abrumadora y torturadora, que se filtra en mis huesos y chirria mi alma desacostumbrada y aturdida. Suplico a los muertos, retorciéndome, en la podrida madera del suelo, que por favor, recojan todo este dolor repulsivo y lo a...