Something-Anything | Victoria x Bella

3. The small little steps

Capítulo 3:

Los pequeños , pequeños pasos

Habían pasado dos meses desde aquel fatídico encuentro con Victoria y Bella ya no estaba tan excitada como antes. No había recibido ni una sola llamada de Victoria ni la vampira le había hecho nada. La pelirroja ni siquiera había venido a verla, amenazarla o cualquier otra cosa por el estilo. Aunque Bella había visto a la vampira pelirroja varias veces caminando por la calle o saltando entre los árboles, no se había detenido a mirarla ni siquiera a reconocerla.

Sin embargo, Bella sabía lo que era: era un recordatorio de Victoria de que no se había ido de la ciudad ni había dejado a Bella para siempre. La vampira estaba usando sus engañosas maniobras para que Bella se diera cuenta de que no estaba a salvo. Era un mensaje de que no había ningún lugar al que iría, nada que pudiera hacer para salvarla.

No es que Bella estuviera haciendo algo para garantizar su escape. Sabía lo formidables que eran los vampiros y no estaba dispuesta a arriesgarse. Victoria podría matar a su padre y a sus amigos por despecho en caso de que Bella lograra escapar de alguna manera. No, no podía sentenciar a todos los demás al peligro solo para salvar su vida. Además, no podía llevar a todos los demás con ella.

Así que hizo lo que pudo: fue a la escuela, preparó el desayuno y la cena para Charlie y, de vez en cuando, salía con sus amigas. Una cosa que ella comenzó fue divertirse. Sabía que cualquier día podía ser el último (todo dependía del estado de ánimo de Victoria) así que empezó a disfrutar de su vida. No tenía preocupaciones sobre su presente, ni expectativas para el futuro, por lo que pasó la mayor parte de su tiempo tratando de disfrutar su vida.

Bella estaba segura de que algún día Victoria estaría allí para acabar con su vida. Ella no era ingenua. Cada vez que Bella pensaba en esto, empezaba a sentirse inútil. En qué se convirtió su vida: atrapada en medio de cosas que no debería tener y ser útil para una sola cosa: jugar. No era tan estúpida como para creer que Victoria la convertiría en vampiro.

Todo había llegado a un punto en el que las actividades de Bella consistían en pensar en Victoria y luego pensar en Edward y hacer cosas divertidas. De alguna manera pensar en Victoria había tomado prioridad sobre pensar en Edward.

Todavía quería verlo, todavía quería sentir el fantasma de un toque de sus dedos pálidos, todavía quería verlo castigándola por arriesgar su vida y todavía quería sentir la emoción de la adrenalina que su forma brumosa le traería cuando ella hizo algo estúpido. Había pasado mucho tiempo que había visto a Edward, mucho tiempo en persona y mucho tiempo en su imaginación.

Bella no estaba segura de si ahora lo amaba tanto como antes. Todo este drama con respecto a Victoria y el miedo a que la mataran y a hacer cosas para calmarla habían empujado lentamente la cara de él al fondo de su mente.

Charlie habría tenido un día de campo si hubiera sabido que Bella no había estado obsesionada con el chico de la forma en que lo hizo los primeros meses. Aunque ella podría no haber querido que su presencia desapareciera, lentamente se estaba desvaneciendo de su mente. No solo se estaba alejando de él, sino que lo estaba sacando de su mente porque tenía otras cosas importantes en las que pensar.

Hizo que Bella se preguntara si realmente estaba interesada en él o si simplemente se sentía atraída por él siendo un vampiro. Cada vez que pensaba en ello, sentía que la respuesta era una que no hubiera esperado. Él estaba bien, pero la principal razón por la que ella se sentía atraída por él en primer lugar era que era hermoso.