Duele el sabor amargo en mi garganta
Y la mentira disfrazada al escucharla
Duele mi inmadurez y su soberbia
Y las ilusiones mutiladas
Duele su sonrisa fría
Y la mirada esquiva con la que me mira
Duele la distancia que nos separa
Y el valor que se esconde bajo la cama
Duelen sus labios sellados
Y su estridente silencio
Duele la amistad que termina
Y la dignidad herida
Duele el carácter moldeado
Y la desconfianza que se anida
Duele la soledad y su partida.