𝙐𝙣 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙪𝙣 𝙥𝙤𝙘𝙤 𝙙𝙞𝙛𝙚𝙧𝙚𝙣𝙩𝙚 | Neyson. [En edición]

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— Sé que puedes hacerlo. — Acusó Son al chico que hacía parte del cuerpo técnico.

— ¿Qué ganaría yo, Son?

— Pues.. un bono, algo. — El asiático estaba empezando a estresarse, estaba afuera de los camerinos de los jugadores de Brasil y no quería ser pillado en el intento. — Solo asegúrate de que al solo tomar la foto vayas y interrumpas todo.

— Lo haré, Son. — Dijo ya cansado el chico. — Pero esta será la última vez que haré esos favores.

— Bien. — Heungmin tenía una sonrisa en la cara gracias a la ayuda de su no tan amigo pero sí colega, había aprendido algo en todo este tiempo y era que, entre más amigos tenía en el cuerpo técnico más favores podría pedirles a aquellas personas.

— Buen juego. — Sonrió encantadoramente, suplicando al cielo que eso sea suficiente para ganar la atención del contrario pero sus nervios aparecieron a flote cuando el rubio no contesto, incluso pensó que le había caído mal.

— Lo mismo digo.

El chico se alivió al escuchar esas palabras, mirando cómo el chico se daba la vuelta para buscar su camiseta, limpió sus manos en la camisa disimuladamente para que no notara su nerviosismo.

Se quejó en su interior ya que no mostraba ningún tipo de interés por él, se quedó pensando un poco hasta que se decidió quitarse la camisa para entregársela al rubio.

Pero vaya sorpresa que se llevó al sentir la pesada mirada de Neymar en sus pectorales, un poco incómodo aclaró su garganta mientras ejecutaba la acción de entregarle su camisa.

Soltó una sonrisa mientras se ponía al lado del chico, complacido por que llamó su atención, no de la mejor forma pero al menos lo tenía en cuenta.
Tomaron la foto hasta que vio al mismo chico que acababa de sobornar para que le ayudara.

— Gracias, en verdad te lo agradezco.. — Heungmin se dirigió al chico que le había ayudado, pero fue interrumpido en su intento de agradecimiento.

— Te necesitan urgentemente en los vestidores.

— Perdona que haya interrumpido tu momento de socializar con los de Brasil pero necesitamos volar a primera hora mañana de vuelta a Corea.

— ¿Qué? — Contestó el surcoreano, le había sobornado al chico para que no se armara un lío al intentar llevarse la camisa consigo a Corea, pero no pensó que las cosas pasaran así, quería intercambiar palabras con el brasileño. — ¿Por qué? Tengo todo el derecho para negarme.

— Son, en algunos meses va a ser el mundial, no tenemos mucho tiempo, tenemos que planear un plan nuevo para pasar tan siquiera a octavos de finales.

— Pero.. desde que volví del ejercito me he preparado para ese mundial, confía en mí.

— Yo confío en ti, Son.. pero los que no lo hacen es el cuerpo técnico.

Ahí estaba Son, haciendo sus maletas de mala gana.

— ¿Triste por que no pudiste cortejar al omega? — Comentó Minjae.

— Cállate.

— ¿Qué? No estabas así desde la vez que no pudiste ni tan siquiera acércate a Jisoo.

— Es muy diferente Minjae.

— Claro, claro, muy diferente.

Son lo ignoro mientras cerraba sus maletas hasta que escuchó que alguien tocaba la puerta. — Abre, por favor. — Dijo Son mientras iba al baño.

— ¡Anda! Pero que agradable sorpresa, guapetón.

Se escuchó mientras Son estaba salpicando su rostro con agua. — ¿Quién es? — Preguntó el chico y al no recibir respuesta salió para averiguar. — ¿Qué..?