DRAGON RIDERS || Aemond Targaryen [HOTD]

Negros

Hecho por sourdruig.

Aegon II Targaryen fue nombrado rey con la corona de Aegon el Conquistador. Se le entregó su espada, Fuegoscuro, y el Septón Supremo le ungio frente a miles, aunque confundidos, testigos.

Lo que no contaron es que Erryk, no contento con que Aegon fuera nombrado rey, ayudó a la princesa Rhaenys a escapar. Esta cogió su dragón Meleys, la reina roja, y causó el caos, llegando incluso a matar a algún pobre hombre que tuvo la mala suerte de estar ahí.

Sin embargo, ella no deseaba iniciar la guerra, por lo que simplemente se marchó volando a Rocadragón. En pocas horas, los negros sabrían del golpe dado por parte de los verdes.

Aemma estaba en ese momento en sus clases con el maestre Gerardys, quien la estaba enseñando a cómo organizar la renta del castillo y las tierras cuando la princesa Rhaenys entró por la puerta con su traje de montar todavía puesto.

La chica más joven sonrió alegre, hasta que notó la seriedad y preocupación que destilaban de ella.

-Maestre, ¿podría dejarnos a solas? -pidió.

El maestre Gerardys se inclinó y salió de allí cerrando la puerta tras él.

-¿Qué sucede, abuela? -quiso saber Aemma acercándose a ella. Su abuela la agarró de los hombros, ya sea para estabilizarla o darle apoyo, la chica no lo sabía.

-El rey Viserys ha muerto. Han nombrado a Aegon rey -dejó que procesara aquellas palabras antes de seguir hablando-. Vienen a por vosotros.

Él viene a por ti.

Eso fue la que no se dijo pero que resonaba en el aire. Aemma se apoyó en los brazos de Rhaenys, respirando de forma irregular.

-¿Mi madre sabe esto?

Rhaenys asintió.

-Lo primero que hice fue avisarla. Daemon también lo sabe, luego fui a por tus hermanos y después vine a ti.

-¿Nos apoyarás? -preguntó mirándola a la cara, sabiendo muy bien que para ella no era tan importante aquello, pues no eran familia de sangre.

Para su alivio, Rhaenys sonrió.

-Por supuesto. Eres mi nieta. No voy a permitir que os hagan nada -aseguró acariciando su mejilla. Pero tan pronto como aquel momento inició, se terminó con una sola frase-. Aemma, hay algo más.

La chica la miró, sabiendo que no querría oír sus siguientes palabras.

-Tu madre ha empezado las labores de parto.

X

Era demasiado pronto. El bebé no debía llegar hasta dentro de unos meses más. Los gritos de su madre hicieron que Aemma se apresurarse, llegando a encontrarse cara a cara con su hermano Jacaerys, quien volvía del dormitorio de su madre.

Ambos se miraron por unos instantes hasta que Jace informó lo que sucedía.

-Madre no quiere que actuemos hasta que ella lo ordene.

-Padre ya está planeando la guerra en el salón -habló Aemma mientras otro grito de Rhaenyra resonaba por el pasillo.

-Iré de inmediato a decirle la intención de madre, pero deberías ir a verla, no deja que ninguna sirvienta la ayude.

Aemma asintió.

-Para a padre, yo cuidaré de madre -declaró.

Jacaerys apretó el brazo de su hermana antes de que sus caminos se separaran, decididos a cumplir con su deber.

Lamentablemente, la hermana de Aemma, el bebé de Rhaenyra, no sobrevivió. Visenya Targaryen nació muerta.

Aemma se quedó junto a su madre mientras arreglaba al bebé para incinerar su pequeño cuerpo afuera, junto a todas las personas que le juraron lealtad a la verdadera heredera del rey Viserys. Pero pronto, el funeral se convirtió en coronación cuando llegó ser Erryk con la antigua corona del padre de Rhaenyra.

Daemon se encargó de colocarle la corona y ser el primero en arrodillarse frente a su nueva soberana. Todos siguieron su ejemplo.

Ahora solo tenían que asegurar su trono.

X

Lord Corlys, ya recuperado de su fiebre, apareció en el consejo de los negros y comenzó a dar ideas para hacer que los verdes se rindieran pacíficamente. La que más posibilidades tenía de salir bien era la de cortar el acceso de abastecimiento a la capital. Con el tiempo, la gente se sublebaría y los verdes tendrían que ceder y negociar.

-Si nuestro plan es rodear Desembarco del rey, necesitaremos a Invernalia, Nido de Águilas y Bastión de Tormentas -declaró Rhaenyra mirando el mapa de Poniente.

-Prepararé los cuervos -confirmó el maestre Gerardys.

-Llevemos nosotros los mensajes -propusó Jacaerys de manera repentina, estando en medio de sus dos hermanos-. Los dragones son más rápidos que los cuervos.

-Y más convincentes -añadió Aemma.

-Tienen razón, su alteza -corroboró Corlys.

Rhaenyra miró detenidamente a sus hijos antes de tomar una decisión.

-Está bien. El príncipe Jacaerys volará al norte, a pedirle a lord Cregan Stark el apoyo del Norte. Lucerys volará al Nido de Águilas, a ver a lady Jeyne Arryn. Por último, Aemma volará al sur, a Bastión de Tormentas, para hablar con lord Borros Baratheon. Recordemos a esos lores el juramento que hicieron. Y el precio por romperlo -finalizó con tono amenazante.

Ya habían decidido la estrategia que iban a seguir, por lo que solo faltaba llevarlo a cabo. Al igual que sus dos hermanos, Aemma se vistió con sus ropas de montar y se puso en el cinturón la espada que le regaló su padre la primera vez que pudo vencer a Jace en un combate.

Antes de que Rhaenyra les entregará los mensajes que tendrían que dar a los lores, les hizo jurar a los tres frente a la Fe de los Siete que irían como mensajeros, no como guerreros. El hecho de que fueran en son de paz sería como tener una protección más sobre ellos.

Tras despedirse de su madre, fueron a buscar a sus dragones.

-Eh, lo harás genial -animó Aemma a su hermano pequeño. El pobre Luke se veía muy nervioso al pensar en la misión que tenía frente a ellos.

-Aemma tiene razón. Todo saldrá bien -dijo Jace revolviendo el cabello de este-. Tenemos sangre de dragón corriendo por nuestras venas. Podemos hacer esto.

Luke sonrió con timidez, sintiéndose algo aliviado por el comentario de sus hermanos. Aemma se alegró de aquel momento que estaban compartiendo, imaginando que dentro de poco volverían a verse con sus misiones logradas.

Nunca esperó que no los volvería a ver en un largo tiempo.

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Lucerys va al Nido de Águilas.
Aemma a Bastión de Tormentas.

Ya sabéis quien estará allí...