En el palacio del pequeño reino de Lozantino las luces empezaban a encenderse aunque el cielo yacía oscuro, los sirvientes iniciaban sus rutinas matutinas facilitando las funciones diarias de la monarquía, aquellos eran los últimos en descansar y primeros en despertar, mientras, los príncipes hijos del rey Felipe, continuaban sus debidas horas de descanso, porque la salud de los príncipes próximos al mando lo era todo.
Enrique, aunque menor era el heredero al trono, era admirado por los nobles debido a su devoto compromiso y lealtad al reino, cuando los súbditos imaginaban como rey a Enrique en el futuro, no pudieron evitar sonreír ya que estaban al tanto de los rumores sobre "Enrique, el mejor príncipe de todos". No era visto a menudo por los nobles, mucho menos por los plebeyos, solo asistía a los eventos más importantes a diferencia de su hermana Leonor, mayor por dos años, era reconocida por su deslumbrante belleza y carisma, lo que la hacía bastante sociable, una pérdida de tiempo según su hermano. Leonor lucía un cabello castaño, ondulado y largo, su piel era igual de clara que la de su hermano, sus ojos eran más redondos, lo que los hacía amigables, era perfecta, una oportunidad de ser de la familia real para los jóvenes nobles pero ninguno había sido correspondido, quienes no lo habían intentado, era porque ya sabían que final esperar. Enrique por otra parte, tenía los ojos afilados, con una expresión juzgadora pero no agresiva, en su estado normal nadie sabría lo que se le cruzara por la cabeza, su oscuro pelo contrastaba con su pálida piel. Ambos eran muy diferentes pero lo que los unía era su sangre azul y la sensación de inaccesibilidad que ambos desbordaban.
En el mismo reino, fuera de los grandes muros protectores del palacio, Amadeo se encontró en un estado pleno, sentado en aquella colina solitaria y desconocida para todos, los primeros rayos de sol que parecían cambiar en un tono rojizo a su piel clara, la suave brisa helada de la noche movía sus cabellos, su mirada estaba perdida, no miró algo específicamente, el sonido de las aves lo sacaron de su trance y Amadeo se levantó del pasto y hierbas secas, se estiró con un pensamiento positivo, pareció ser un buen día.
Como era costumbre, saludó a sus vecinos que veían diariamente al caminar por el estrecho camino entre casas pequeñas construidas con variedad de materiales, paredes antes que parecían ser claras, manchadas ahora, y una niebla pesada que por alguna razón se encontraba eternamente oscura, era poco agradable a la vista, muy diferente de los jardines del palacio y casonas propiedad de los nobles y burguesía, pero no tienen tiempo de pensar en la condición de las casas que vieron desde sus nacimientos. Amadeo mostró aquellos dientes blancos a sus vecinos, a pesar de la frecuencia con la que se vio la sonrisa de Amadeo nunca dejó dar ese cosquilleo o ese pequeño aire de alegría. Caminaba seguro de sí, tranquilo consigo mismo, daba la sensación de que caminaba a cortos saltos, llegando al lugar donde solía comer y se detuvo en un puesto de manzanas. paró de golpe al divisar algo que le resultó conocido, entrecerró los ojos como si eso le permitiera ver mejor entre tantas personas, era nada menos que su amigo de la infancia, Fausto, quien elevó su mano en saludo hacía su dirección, ellos compartieron la misma edad, se hacían bien el uno del otro, Fausto le brindó protección y Amadeo la calidez que no tuvieron en su desarrollo por alguien a quien pudiera llamar padre o madre.
-¿Son para el animal que te visita?- Le interrogó Fausto apuntando hacia sus manzanas y variedades de frutos rojos.
-me gustaría llamarlo mascota pero es una especie algo exótica y no parece que confíe en mí- Dijo con una sonrisa poco sincera en su rostro, realmente quería ganarse al zorro que recientemente se apareció por su alejada casa del centro del reino. Mientras hablaban era inevitable oír la conversación que sostenían los mercaderes, los murmullos cada vez se volvían más altos y de vez en cuando alguien soltaba un pequeño grito de sorpresa.
-¿Lisandro?, ¿el único hijo del gran burgués?-
-el mismo, es su cumpleaños número 22, su padre es tan poderoso que incluso los príncipes podrían asistir..¡todos irán!-
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Alianza letal-Toda acción tiene una reacción
Mystery / ThrillerEl hijo el famoso burgués, Lisandro Arkwright, ha llegado al reino que forma parte del imperio por petición del emperador, enviado a desenterrar el misterio tras la desaparición de un noble y el peligro inminente. Por otro lado, Valen, después de se...