Capítulo 2 Mi "familia"

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Un rayo de sol se coló por mi ventana hasta llegar a mi rostro, y eso me hizo despertar. Pasaron dos minutos cuando sonó el despertador, yo seguía desperezándome y bostezando, me incliné un poco y lo apagué.
Cuando bajé a desayunar entré en la cocina y vi a mi madre que se encontraba tomando un café mientras leía el periódico. Mi madre es alcohólica, no tiene trabajo, y se dedica a beber y beber cuando no tiene nada que hacer, o simplemente cuando lo necesita. Muchas noches llega borracha a casa, miento, todas las noches. Yo la verdad es que no se si se da cuenta de que tiene dos hijos que ven todo lo que ella hace, la ven borracha, gritando por las calles, y haciendo todo lo que un borracho hace. Ya tenemos tres denuncias de los vecinos. Pero ella es solo una parte de mi extraordinaria familia. Nótese la ironia.
Mi padre tiene muchas discusiones conmigo, pero no por que le importe que suspenda, a él le da igual como esté yo, se enfada conmigo cuando hago algo que le molesta, por ejemplo, cuando discutimos, y llegamos a un punto en el que solo nos falta una chispa para estallar, no puedo aguantarme y le suelto algún insulto, le digo todo lo que pienso y le falto al respeto y entonces empieza a pegarme, abofetearme, empujarme, lanzarme objetos... En esos momentos siento el deseo de pedirle que me mate, que prosiga con su "tortura" hasta matarme. Por que por más que tenga amigos que me apoyen, esta es mi casa y es mi día a día, y los detesto, desearía mudarme con una familia que muestre unos gestos de cariño hacia mi, que me apoye en algo o que simplemente les importen mis circunstancias. Pero claro, eso no lo puedo hacer, y esa es la razón de porque la única puerta abierta que veo es la de morir. Siempre me paro a pensarlo, si yo muriera ahora mismo, se acabaría el llegar a casa y ver a mi madre borracha, escuchar los insultos de mi hermano hacia mi y sus intentos de humillarme, el estar encerrada en mi pequeña y estrecha habitación marginada del mundo con los auriculares escuchando canciones tristes. Se acabaría, sí, pero también diría adiós a mis maravillosos amigos, y a las locas aventuras que vivimos juntos. Ahí es cuando me doy cuenta de que probablemente mis amigos sean la razón de que siga viva.

Mi única soluciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora