Gasolinera 3: El Final

Final

Zack había quedado con Allyson para ver una película, ella era su amiga del alma, siempre habían sido grandes amigos desde pequeños, pero Zack descubrió algo muy profundo dentro de él. Estaba enamorado de Allyson. La amaba con locura, pero ese sentimiento quedó oculto como una vil mentira.

Aquella noche, Zack estaba deseando declarar su amor, quitarse un gran peso de encima, durante mucho tiempo se había maldecido por no haberlo hecho, esta vez no había excusas. Estaban solos, pero a pesar de eso Zack estaba temblando, y dentro de él se escondía el pánico de no ser correspondido y de perder a Allyson para siempre. De repente, Allyson le preguntó a Zack:

"¿Qué te pasa?"

Y eso fue el detonante para confesar.

Zack le dijo a Allyson que siempre había sido una de las personas más importantes de su vida, que era la única persona con la que quería pasar el resto de su vida, pero que antes de todo eso, lo único que quería era... su felicidad.

Pero ella era una EGOÍSTA indeseable, pues no solo le dijo a Zack que estaba enamorada de otro hombre, sino que solo era su amiga por PENA. El ODIO... el ODIO destruyó a Zack y al mundo por completo.

Jerry cubrió a Dawn con una manta e hizo todo lo posible por mantenerla cómoda mientras yo trataba de explicarle la situación a O'Brien.

"¿Entonces me estás diciendo que hay un doppelganger malvado dentro de esa nevera?"

"Sí..."

"¿Y cómo sabes que eso es lo que es?"

Una radio mágica y un cazador de monstruos nos lo dijeron.

"Porque lo sé..."

"Necesito más que eso..."

"Por favor, simplemente no entréis en la cámara frigorífica hasta después de que haya llegado la ayuda. Puedes esperar unas horas más, ¿Verdad?"

Podía ver los engranajes girando en su cabeza y tuve que preguntarme si pensaba que estaba loco o si estaba a punto de arrancarnos la carne y alimentarse de nuestro sufrimiento. Seguramente, si este fuera realmente el cambiaformas, no habría una mejor oportunidad para comenzar a eliminarnos. Dos de nosotros estábamos encerrados en la nevera, uno de nosotros estaba inconsciente, nunca he sido un gran luchador incluso con todas mis extremidades, y Jerry era... bueno, Jerry era Jerry.

Obviamente, ella no me mató ni me comió. Así que me vi obligado a asumir que esta era realmente la O'Brien original, y que la que estaba en la nevera era el doble, pero mi nivel de confianza, en cualquier cosa, incluida la realidad, había llegado a cero y comenzó a excavar hace mucho tiempo.

Un par de focos iluminaron la habitación y ambos miramos fuera hacia el quitanieves que entraba al parking. No podía creerlo. El calvario fue temprano. Según mi experiencia, cualquier cosa puede pasar en la gasolinera, pero en serio, ¡Eso nunca pasa!

La "caballería" era Saul Berthelot, el conductor de autobús escolar jubilado y propietario/operador del único quitanieves de la ciudad. Debía de tener planes para Navidad, porque la gente de por aquí no es precisamente conocida por terminar antes de lo previsto, especialmente Saul, y sobre todo con los centavos de los contribuyentes. Pero llevaré mis milagros donde pueda conseguirlos en estos días.

Saul se detuvo junto a la bomba de gasolina número dos, tocó el claxon un par de veces y me saludó.

O'Brien dijo lo obvio.

"Creo que quiere que le enciendas la bomba..."

"¿Sabe acaso que las bombas no funcionan sin electricidad?"