Parte 1: Un gato negro en el restaurante.

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El público estaba tenso, al igual que sus hombros

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El público estaba tenso, al igual que sus hombros.

San jadeo, los pies moviéndose aunque se sentían como las más pesadas rocas.

Miro al frente, observando como un Águila a sus presas al grupo de hombres que corrían hacia él con intención de taclearlo.

Quedaban diez segundos, San calculo bien su tiempo y las posibilidades. Esquivo a cada uno de los Leones que se atravesaban en su camino con intención de quitarle el balón en solo cuatro segundos, tenía seis segundos más para lograr correr la cancha completa y dar el golpe final. Era el último juego de la temporada, las vacaciones iniciaban mañana y San deseaba terminar la noche siendo vitoreado por el mundo como el hombre que hizo a su equipo ganar solo con cuatro segundos de tiempo.

Un punto más. Uno más y los Lobos clasificaría cómo el primer equipo el siguiente semestre, estarían en el periódico y hablarían de ellos todas las vacaciones. Ni hablar de los posibles patrocinadores.

A San no le importaba nada de eso, solo quería ganar.

San sonrió mirando el objetivo cerca, antes de que otros cinco Leones lo acorralaran. Gruñó, abrazando el balón más cerca de su pecho como si su vida dependiera de ello. De hecho, se sentía de esa manera.

Miro a cada uno de los enemigos, sus ojos buscando una salida entre sus cuerpos musculosos y sudados, se veían como animales, todos jadeantes sobre sus cascos. San estaba seguro de que podía ver el vaho caliente escabullirse entre las regías de sus cascos.

Alguien apareció entre el cuerpo de dos Leones, una cabellera pelinegra alzando su brazo. La luz de las luces iluminando la cancha de juego en la oscuridad de la noche cegó a San un escaso momento, tuvo que parpadear cuando la sobra de una corona apareció en la cabeza de la sobra que gritaba su nombre. Frunció el ceño intentando comprender qué era lo que gritaba, su ceño aumentando al igual que el pulso su corazón y el blanco en sus nudillos cuando fue capaz de escuchar lo que la sombra gritaba.

-¡Pásame el balón!.-Grito el tipo frente a él, alzando los brazos.-¡Dame el maldito balón, hijo de puta! ¡Estoy libre!

-¡Vete al carajo, Yeosang! Esta es mi oportunidad.-San escupió, moviéndose ágilmente entre los cuerpos que querían evitar que metiera un punto más, lanzarlo desde donde estaba no parecía ser buena idea, porque considero por un mili segundo, sin embargo, su cuerpo estaba por ser inmovilizado por dos enemigos. Cómo pudo, San logro empujar a uno de ellos, lo que le dio el suficiente espacio para correr lejos de los Leones.

San corrió y corrió lo más rápido que sus pies se lo permitieron. No, incluso más que eso. Los forzó a superar su límite, le ardieron, pero San ignoró la sensación, al igual que la voz del líder de su equipo que aullaba con todo su aliento:

-¡San, maldita sea! ¡Pásale el balón a Yeosang!

San gruñó mientras saltaba lejos de un León.-¡Ni hablar! Este triunfo será mío.

I LIKE YOUR TIGHT BLUE JEANS; SANSANGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora