Lágrimas silenciosas comenzaron a caer al presenciar ese triste acontecimiento, ver a un pequeño príncipe valiente ser asesinado de una manera tan cruel y trágica partía su corazón. Metió de nueva cuenta una gran cucharada de helado en su boca, viendo cómo la dramática escena era ambientada en cámara.
- Maldito- susurró, para con frustración limpiar sus lágrimas.
Iban más de veinte veces que veía la cinta a lo largo de su vida, pero por alguna extraña razón a pesar de ser mala y ser criticada por lo mismo seguía amándola.
Tal vez era su triste desenlace, después de todo el protagonista nunca tuvo nada y al final murió por las manos de su amado, la película basura al final tenía un final basura. Pero bueno, era su favorito.
Pronto comenzó a pensar y fantasear mil escenarios diferentes en la película, llegando a la conclusión que realmente no tenía nada que hacer.
Una vez acabada la película apagó la televisión, realmente ya no tenía ánimos de nada. Extrañamente regreso esa tristeza hostigante.
Cerró los ojos entrando a su inconsciente, dónde su omega se alojaba, pero como siempre este ya no estaba ahí. Lágrimas silenciosas comenzaron a salir.
Se levantó del sillón y comenzó a beber agua como loco, tratando sin mucho éxito de que aquel asfixiante sentimiento se fuera. Uno, dos, tres... Seis vasos y ninguno lleno ese vacío. De manera desesperada aventó el traste haciendo que el vidrio volará por todas direcciones.
- Te odio, te odio- aquellas palabras no iban más que así mismo. A su lobo que lo abandonó.
De manera apresurada y como si de un cachorro se tratará se cubrió bajo las mantas, dejando salir su dolor que la soledad lo invadierá. Que se perdiera dentro de su agonía, a pesar de los años que ya habían pasado no aceptaba ese hecho irrefutable que su omega lo hacía abandonado.
Era algo inaceptable más ahora que tenía su corazón roto, al final de cuentas solo fue una hermosa ilusión que terminó con las pocas esperanza de que algún alfa se fijara en él.
Bang Chan sin querer lo había rechazado, no fue algo intencional. Eran colegas de trabajo, en esa editorial Chan era un gran editor mientras Felix era su vecino de cubículo. Amaba todos los días el saludo amigable que el alfa le daba, los pequeños detalles cuando esté compartía dulces con él como gomitas y golosinas pequeñas, cuando esté le daba café en las noches interminables de trabajo.
Fue una ilusión suya, el aroma del alfa lo había embriagado y en cierta forma le había encantado eso. Cuando el alfa le pasó el sobre que ahora reposaba sobre su mesa de noche le partió el alma. Tendría nupcias con su omega.
Su omega...
¿Cuándo él sería el omega de alguien? Jamás, nadie querría un omega defectuoso... Un beta que alguna vez fue omega.
En la cena que le organizaron los del departamento había sido realmente incómoda, llegando a ser doloroso a la hora de despedirse. Ebrio Bang le había confesado que por un tiempo se había sentido atraído por él y que se lamento por mucho el que fuera un beta, que su familia jamás aceptaría tal aberración, pero fue un alivio porque así había encontrado al amor de su vida.
Felix comenzó a llorar aún más fuerte al recordar el aliento lleno de alcohol por parte de Chan, como este a pesar de estar tan cerca nunca pudo llegar a sellar un beso con él, que solo dió palabras tan filosas como dagas a su corazón.
No estaba listo para que llegara el lunes y tuviera que aceptar la triste realidad. No estaba preparado para enfrentar que su absurdo amor no sería correspondido jamás.
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Lazo Maternal | Hyunlix
RandomFelix siempre fue considerado un omega defectuoso, después de sus diecisiete su olor desapareció de un día para otro. Muchos ignorantes en esa época crearon una inseguridad realmente grande en su corazón, diciendo que era un beta, tachandolo de perv...