8. 𝑬𝒍 𝒋𝒖𝒆𝒈𝒐

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Los chicos habían salido al patio a divertirse, menos Jooyeon y Jiseok, ellos habían perdido en el piedra, papel o tijeras y les tocaba lavar los platos, bueno en realidad el mayor había perdido y Jooyeon lo quiso acompañar. mientras el pelinegro lavaba los platos, el menor los secaba y los ponía en la alacena,

―¿Qué harás luego?― pregunto Jooyeon

De repente se escucho unos golpes en la puerta hasta que se abrió, entro Junhan junto a Seungmin tomados de la mano, al verlos ágilmente se soltaron y tímidamente saludaron a Jooyeon y Jiseok

―pensé que ya habían terminado― hablo Seungmin rascándose la nuca ―¿necesitan ayuda?― con un tono cordial miro a Jiseok esperando una respuesta, lo único que hacia Junhan era asentir

―no, ya estamos terminando― respondió Jiseok con desinterés mientras daba el agua del grifo y se enjuagaba las manos

―entiendo, nosotros veníamos por agua― con la mano tiritona, se acercó hacia el lavaplatos quedando al lado de Jiseok y agarro un jarro que relleno con agua, esta de más decir que Jooyeon tenía un raro presentimiento entre Jiseok y Seungmin, "¿algo había pasado entre ellos? ¿O porque se notaban tan raros?"

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El clima estaba helado, pero pronto empezaría la primavera y las flores saldrían decorando el patio con esos tonos coloridos. Jiseok solo llevaba un polerón aun con el frio que hacía, con paciencia espero a que terminaran de jugar y que se fueran los demás para confrontar a Seungmin, cuando vio que los chicos se iban, Seungmin arreglaba el desorden que dejaban con las plantas por los pelotazos era su castigo, Jiseok sabía que el era malísimo en el juego y que pronto seria el último en entrar, cuando estaba apunto de dirigirse a la entrada el pelinegro se puso en su camino no dejándolo pasar, el mas alto trato de rodearlo pero él no se lo haría tan fácil y también se corrió

―¿qué le dijiste al chico nuevo?― dijo Jiseok en voz baja mientras se recargaba en la puerta que daba al gran orfanato y con los brazos cruzados espero a que comenzara a hablar

―¿de qué hablas?

Seungmin se puso nervioso, esa mirada intimidante que tenía el pelinegro lo asustaba sin embargo sabía que jamás les haría daño ya que eran su familia, bueno eso quería creer.

―se que le hablaste a Jooyeon sobre mi... solo quiero saber que le dijiste― frunció el ceño tratando de sonar relajado

―¿porque le platicaría sobre ti?― el mayor trato de evadir el tema, no sabia como reaccionaria si le dijera, y la verdad le aterraba la idea de que hubiera otro incidente como el de hace 11 años.

―le advertiste sobre mi...― al escuchar eso Seungmin palideció, el lo sabia todo, se maldijo internamente y con la mejor cara que tenia espero a que terminara de hablar ―no le vuelvas a hablar sobre mí a Jooyeon ni mucho menos le digas lo que paso ese día. ¿Escuchaste?

―sí, está bien― rápidamente se reincorporo y habló tratando de calmarse.

Jiseok estaba a punto de irse cuando llamo la atención del mayor ―mira― alzo la vista y dirigió su dedo hacia la ventana del orfanato donde se veía a Junhan contemplar el atardecer ―¿qué pasaría si por alguna extraña razón el fuera herido?― con una sonrisa contemplo la cara del mayor, quería reírse, tenía una cara de pánico que hacía divertir al menor

―por favor, no le hagas daño― con un hilo de voz Seungmin prometió no volver a hacerlo, solo provocó que Jiseok se riera ―tranquilo era una broma, son mi familia no les haría daño― al escuchar su risa el cuerpo del mayor se tensó, pero ligeramente se relajó cuando dijo que era una broma, quería creer que lo había dicho solo para alterarlo, si eso era...

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Jiseok después de lavar el ultimo plato se lo paso a Jooyeon para que lo secara, mientras Junhan tomaba agua que le había sido servido por Seungmin se escucho el rechinar de la puerta, había entrado otro integrante del orfanato, un alegre Gunil entró por la puerta.

―chicos aquí estaban― el mayor de todos se dirigió al dúo entre Junhan y Seungmin ―los busque por todas partes, ¿están listos para la segunda ronda?

―si

Contesto el pelirrojo (Junhan) que veía a su novio para que siguieran a Gunil hacia el patio, espero a que Seungmin asintiera para caminar junto al mayor. Gunil miro hacia atrás para despedirse de Jiseok, hasta que vio a Jooyeon y le propuso salir a divertirse

―ah me encantaría― miro a Jiseok ―ah, pero iba a estar con Ji-

De repente fue interrumpido por Jiseok

―estaré en la biblioteca, después hablamos―hizo un gesto con la mano para que fuera, se secó las manos con el trapo de cocina y se fue fuera de la vista del menor.

―vamos― dijo Seungmin y apuro el paso hasta salir del orfanato, Jooyeon le seguía junto a Gunil y Junhan, a lo lejos vieron a Jungsu acostado en el pasto, descansaba al mismo tiempo que veía el cielo azulado que poseía de muchas nubes, al notar su presencia levanto su cabeza y miro al peli naranja con el ceño fruncido le dio un sermón sobre que no tenían tanto tiempo porque pronto entrarían a clases, etc. La verdad es que Jooyeon no le puso mucha atención puesto que al mirar al peli blanco recordó el suceso del libro, "¿que habrá sido eso? "pensó el menor "¿Por qué había actuado así?". Después de que terminaran de hablar los mayores Jooyeon pregunto cuáles eran las reglas del juego a lo que Jungsu respondió

―se trata de que el buscador debe tener los ojos vendados contar hasta 100 y los demás se tienen esconder, la única regla es que después de que el buscador cuente los demás integrantes no se pueden mover de su lugar― explico tratando de simplificarlo los mas posible, luego de procesar las reglas el menor de todos levanto la mano queriendo ser el buscador.

Todos asintieron y felices le taparon los ojos a Jooyeon, luego los chicos se dispersaron, algunos se fueron hacia el bosque otros se alejaron hacia el orfanato, pero no entraron. ya contados los 100 dígitos empezó el juego, con los brazos extendidos caminaba despacio tratando de no caer por las raíces que brotaban del suelo, 5 minutos pasaron caminando hasta llegar a la entrada de aquel bosque, lo sabía por las hojas y rocas pequeñas que pisaba, de un momento a otro se quedó quieto, había escuchado el sonido de una rocas siendo pisadas, alguien estaba por ahí, sigilosamente se aproximó lo más que pudo sin ser notado hasta que con su mano toco el abdomen de alguien.

―te atrape quien quiera que seas― sonrió victorioso

―maldición, debí subirme al árbol― comento el peliblanco riendo

A lo lejos se podía divisar en la ventana del orfanato el disgusto de Jiseok al ver al menor tocando a otra persona, pero no era simples celos, sentía asco al verlo ser tocado por otros, "¿por qué?" se consultaba así mismo, "¿por qué le importaba tanto que fuera tocado por los demás?", "¿que lo hacía tan especial?"

𝑻𝑹𝑨𝑺𝑻𝑶𝑹𝑵𝑶𝑺 | 𝐀𝐔 𝐗𝐇 (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora