A Mafuyu le gustaba mucho una de sus compañeras, una de cabello rosa y muy alegre, una llamada Emu.
Emu le hacía sentir emociones que nunca sintió con alguien, la hacía sentirse viva, lo poco que ellas llegaron a hablar le hacía sentir estos grandes sentimientos, Mafuyu deseaba ser su novia con todo su ser, quería ser su compañera de vida.
Siempre que veía a Emu volvían los colores que parecían inexistentes.
El corazón de Mafuyu le pertenecía a Emu, pero el corazón de Emu era de Tsukasa.
Mafuyu cada día que recordaba la existencia de este despreciable ser le daban ganas de apuñalarlo un millón de veces, hasta que su brazo de canse, cortarle la garganta lentamente hasta encontrar su manzana de Adán, torturarlo clavándole cuchillos en sus piernas hasta que se muera desangrado.
Pero no haría nada por miedo de que Emu se entere, no quería romper su corazón.
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Los días pasaban y el amor de Mafuyu por Emu aumentaba más y más.
Mafuyu empezó a hablar con Rui, quería hacer un robot de Emu, quería tener algo que le recuerde a ella, una réplica de ella, como una muñeca gigante o un robot.
Mafuyu intentó incontables veces hacer un maldito robot pero lo único que parecía hacer era pegar pedazos de metal y darle forma, esta se rindió con los robots así que probó de otra manera.
Había ido hacía una tienda de coser por materiales, ahí compró: tela, hilos, agujas entre otras cosas,
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Finalmente en casa decidió ver tutorial en youtube de cono hacer muñecas, comenzó haciendo pelito falso, luego con el cuerpo.
Pero nada lograba si quiera parecerse a Emu, Mafuyu al darse cuenta pensó en otra cosa. Pedirle a alguien que la haga, cerca de su casa había una modista con buena calificaciones, si sabe coser ropa debe saber hacer cosas de trapo.
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Con la modista frente a ella le dijo una cosa que le dejo pensando toda la noche.
"Pudieras citar a la chica para ver de cerca sus rasgos"
Esto de solo pensar que pasaría tiempo con emu la hace emocionar, pero también dudaba de hacerlo o no, tenía miedo de hacer algo mal, o arruinar la pequeña relación que tenía con Emu.
Aunque finalmente lo decidió, y mañana en la escuela se lo iba a pedir.
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Mafuyu se levantó temprano para acomodar su cuarto y limpiar, ya que ahí iba a ver a Emu, por suerte su madre estaba de viaje, sino no la hubiera podido citar.
Ella ya sabia que Emu iba aceptar, ya que ella es muy amble.
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-Emu, quisieras después de clases acompañarme a sacarte medidas? Estoy haciendo ropa para una amiga y creo que tienen la misma -dijo Mafuyu tratando de soñar amable y calmada-
aunque por dentro iba explotar
-Claro que si!! Estaría feliz de ayudarte y de paso nos conocemos más! -dijo Emu con su usual tono emocionante que tanto la caracteriza-
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Finalmente podría tener su muñeca
