II

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El siguiente one-shot o continuación más bien, es pedido de AbbyTaisho espero lo disfruten.

El one-shot tendrá lugar antes del primer hijo cambiando el final.

***

No sabía con exactitud cuánto llevaba mirando la pared de su despacho, no recordaba cuantos vasos de Whisky llevaba y la verdad ya no importaba, su maldita y traicionera mente solo podía mostrar aquel día en la cabaña junto a Kagome, sus gemidos, lo suave de su piel, lo exquisito de su sabor.

Desde aquel día en donde había cumplido su sueño en aquella alejada cabaña, no había logrado sacarla de sus pensamientos, de su piel, de su alma.

Tener a la bella azabache entre sus fornidos brazos, suspirando contra sus labios cada vez que la mecia sobre él, había sido lo que siempre había anhelado.

Era muy consciente que era una mujer con dueño, la esposa de su mejor amigo pero...¿Qué más daba?

Por momentos de su vida cotidiana se permitía soñar despierto en sus momentos de tranquilidad con ella y con tan solo tener la oportunidad de repetir aunque sea, solo una vez más lo de aquella loca ocasión.

Era un buen esposo, incluso podría decirse que un romántico sin causa y como bien había dicho una vez.
Su corazón siempre sería de una mujer y era de ella de su kagome.

Había sido un mutuo acuerdo entre los tres, una sola vez y un secreto que debía mantenerse entre aquellas cuatro paredes y quedarse allí para el resto de su vida.
Pero el lo único que deseaba es volverla a sentir su piel desnuda contra la de él.

–Solo una vez más– musitó..

Y en su oficina, echó su cabeza hacia atrás golpeando con el acolchonado respaldo del sillon.
Y acarició su abultada erección sobre la tela de su pantalón.

Kagome– susurró al momento de bajar el pantalón y masturbarse con la bella imagen de ella acostada, cubierta de sudor y siendo él quien la penetraba y tocaba su cuerpo.

Se odiaba en silencio, Ayame no merecía esto, ella era una buena esposa, lo esperaba con comida caliente, siempre le daba una palabra de consuelo y por Kami que trató de amarla, le llevó de sus dulces favoritos, la sacaba a pasear, le preparaba comida e incluso le daba masajes por días ajetreados en su trabajo, pero su corazón no mentía, no era a ella quien amaba.

Se corrió como no lo había hecho con su esposa, pensando en Kagome, obligándose a callar para no lastimarla, pero hasta hoy, por que arriba en la habitación, Ayame guardaba sus cosas con el corazón partido. No salio a despedirla, no sería un hipócrita, no le diría nada, por que ella sabía lo suficiente.

***

¿Cuantos días pasaron? No sabía, no había dejado su casa, solo bebia y se permitía imaginar tener nuevamente a Kagome, solo una vez más. El timbre sonó, se obligó a ir a atender y cuando Sesshomaru, su amigo, apareció frente a él, sintió la culpa como un balde de agua fría cayendo en su cuerpo.

–¿Que pasó contigo?– le cuestionó entrando y tomando asiento en la sala– todo es un asco.

–Igual que mi vida– respondió tirándose boca a abajo en el sillón más grande– me divorciare de Ayame.

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⏰ Última actualización: Jun 04, 2023 ⏰

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