Después de 10 años de casados Jimin y YoonGi deciden separarse al no ver más futuro para su relación y bienestar de su pequeño.
Con el pasar del tiempo suceden cosas inesperadas, descubren cosas que jamás imaginaron del otro pero no todo es tan grav...
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—Hola, Taehyung, quería pedirte un favor.— Habla a través de la línea telefónica.
—Hola, Jiminie. Claro, siempre y cuando lo que me pidas esté a mi alcance y que no sea un jodido dildo por favor.
Entonces, el rubio solo rueda los ojos ante tal respuesta.
Deberas que a Taehyung no le vuelve a decir que usa dildos cuando se enoja con YoonGi.
Neta que el actorcito de su excuñado le salió chismocito.
—Yah~, solo quiero pedirte un favor muy grande. JiHoon está por salir del preescolar y no puedo ir a recogerlo...
—Y quieres que vaya por él.— Completó Taehyung. — Está bien, estoy cerca de su escuela así que pasaré a buscarlo junto a mi amorcito.
Jimin frunce su ceño ante la última oración.
¿Quién mierda es su amorcito?
Ah... el Taehyung como siempre juntándose con cualquier persona. ¿Por qué carajos los hermanos Min no eran normales?
—¿Amorcito?— Cuestiona.
Taehyung suelta una ligera carcajada y seguido de eso comienza a escucharse una risa mucho más masculina.
Uy.
Estaba con su varón.
—Es el hyung que conocí con JiHoon la otra semana. Nos volvimos a encontrar u ahora nos estamos conociendo.— Dice al notar la confusión del pequeño pitufo.
—Cuando me hablen para ir a reconocer tu cadáver no iré.
Ah... tan dramático el pitufo en serio.
—Claro que irás, y me verás tan guapo como siempre.— Espeta escuchando el resoplido resignado de Jimin.— En fin, te dejo porque se me hará tarde para ir por tu pequeño demonio.—Del otro lado de la línea Jimin rueda los ojos.
—Está bien. En la tarde pasaré a tu apartamento por él, gracias, Taehyung.
—Nada que agradecer. Te veo en la tarde, Jiminie.
Y sin más ambos cuelgan la llamada al mismo tiempo.
Bueno ya es hora de que Taehyung vaya a buscar a esa pequeña cosita del demonio.
Neta que ser hijo de Min YoonGi debería ser ilegal. Ese niño era como el hijo de satán en persona.
—Y, ¿Dónde queda la escuela de tu sobrino?
Que linda esa voz, joder.
¿Así se escucharán los ángeles?
—Está a una cuadra, dejas tu moto estacionada aquí y después nos vamos caminando.— Informa colgándose del brazo del chico.
Carajo.
Esos malditos brazos se han de sentir muy bien a la hora del coito.
—Okay, caminemos entonces. — Espeta mirando la cara angelical del adorable actor.
Tan lindo.
Su caminata comienza con una agradable y extraña plática por parte del menor quien habla de todas las veces que el hijo de satán, digo, de su hermano, le ha hecho travesuras.
En serio que JiHoon es todo menos un niño inocente. Aún no entiende como es que ese demonio del mal salió de esa cosita adorable que es Jiminie.
Bueno.
A veces.
Bueno.
Nunca.
—¡Llegamos, amorcito!— Grita un energético Taehyung después de unos minutos de caminata.
—Y justo a tiempo, ya están saliendo los niños.— Responde Hoseok buscando con la mirada al menor de los Min. Debe admitir que desde que lo conoció, el niño le recordó un poco a alguien y desde entonces solo quiere conocerlo más.
El actor también hace lo mismo al buscar a su sobrino pero frunce el ceño cuando no lo encuentra.
No ve por ningún raro a JiHoon y eso es raro, ya que el escuincle siempre es el primero en salir.
Los minutos pasan y con ello todos los niños del preescolar. Entonces, comienza a desesperarse cuando la maestra está apunto de cerrar la entrada.
¿Y JiHoon?
¿Dónde está su sobrino?
Hoseok nota su nerviosismo, la preocupación y el miedo que su aura enmana, y como si leyera los pensamientos de Taehyung se acerca a la docente y comienza a hablar con ella.
El menor con la desesperación a flote solo observa como Hoseok dialoga con la mujer quien se pone tensa cuando el hombre levanta la voz.
—¡¿Pero qué clase de escuela es ésta?!
Taehyung comienza a temblar cuando ve a la mujer irse asustada y a Hoseok caminando enojado hacia él.
—¿Qué te dijo?¿Y JiHoon?
Cuestiona una vez están juntos, Hoseok toma sus manos entre las suyas y solo niega.
—Al parecer alguien vino a recogerlo hace dos horas alegando que Park Jimin lo había mandado, y por lo inepta que es la seguridad de esta escuela lo entregaron sin antes confirmar.
En cuanto terminó de hablar los nervios de Taehyung aumentaron al triple, las lágrimas comenzaron a salir por sí solas y su mente no ayudaba mucho.
—¿Te dijo algún nombre? No sé, tal vez fue un guardaespaldas de YoonGi.— Dice temeroso de que haya sido ese desgraciado.
—Park SeulgHan.
Mierda. Mil veces mierda.
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