La vista de Chicago era digna de apreciar, su atardecer en el cielo era como ver una pintura hecha de acuarelas. 

Exactamente desde el décimo piso, Jimin desde las afueras del balcón, visualizaba a las personas moviéndose de un lugar a otro, típico de todos los días. El ambiente tranquilo y el aire fresco lo acompañaban, ayudándolo a despejar su mente.

A sus espaldas sintió la presencia de su único y mejor amigo alfa, con el que siempre contaba, quien al verlo se acercó asía él, apoyando sus brazos en el muro. El omega solo se limitó a seguir observando el paisaje que tenía enfrente.

-¿No es bonita esta ciudad? - preguntó, acercándose más a su lado.

-Lo es - contestó simple.

-¿No quisieras bajar y pasear como una persona ordinaria? - volvió a cuestionar.

-No puedo, ya no soy una persona normal, lo sabes - dijo, volteándose a verlo directamente a los ojos.

-Jimin, por cuanto tiemp- 

-¿Por qué insistes con lo mismo? - intervino, el omega ya podía sentir el mismo sermón de siempre.

-¿Y tú porque eres tan obstinado? No puedes pasarte todo el resto de tu vida en estas cuatro paredes.

-No solo me mantengo en estas cuatro paredes, también salgo a mat-

-¡No!. Yo no estoy hablando de Darkness - pauso tomando un respiro - Yo hablo de la persona y ser humano Park Jimin.

-¡Park Jimin murió! ¡Que no lo recuerdas! - contraataco.

-¡Murió porque tú lo quisiste así!.

 Lo vehemente y coléricos que se encontraban ambos se podía notar en el ambiente.

-Tú eres un omega que debería salir, disfrutar, vivir la viada, tener amigos, conseguir una parej-

-Aún lo recuerdo - expreso mirando a la nada - Puedo sentir la marca viva en mi cuello aun cuando ya pasaron 6 años - dijo, llevando su mano a la altura de su cuello, donde años atrás hubo una marca adornándolo.

Para el alfa era algo confuso el saber que tanto amor se le fue brindado al omega, pero podía percibir la marca emocional que dejaron en él.

Lo que Jimin hasta ahora le había contado al respecto era los momentos que pasaron juntos en ese tiempo, el como se conocieron y que aquel alfa era su destinado. Trataba de comprenderlo, en verdad lo hacía, no era fácil superar la muerte de tu pareja destinada, sobre todo si tenías una marca, sin embargo ¿No es mejor seguir adelante? Quedarse estancado puede ser una tortura, tanto para su corazón, como para su lobo.

-Jimin... - el alfa llevo sus manos al rostro del omega, conectando sus miradas, viendo no había brillo en ellos.

Desde el día que lo conoció, exactamente hace 6 años... Solo vio aquella mirada vacía que no trasmitía nada, mantenía la esperanza que algún día podría divisar esos destellos que existieron alguna vez. El alfa estaba dispuesto a dar lo que sea, con tal de ver algún rastro de luz en esos ojos azules.

Finalmente se soltaron al escuchar el teléfono sonar, donde sin perder el tiempo el alfa se dirigió a buscar el aparato. 

No eran pareja, ellos eran dos almas sin rumbo alguno que se cruzaron en el momento exacto en el que necesitaban de un alguien. Desde aquel entonces no se separaron, pues se ayudaron mutuamente convirtiéndose en lo que son ahora, grandes amigos. 

Pese a eso, no era impedimento para ellos compartir sus celos solo en casos extremos donde sus necesidades básicas eran más fuertes. Cada que sucedía, la mañana siguiente era un mar de risas en el cuarto. En un inicio fue raro para ellos, pero con el pasar del tiempo se volvió algo gracioso que recordarse, volviéndose una broma entre ellos. Su lazo de amistad también fortaleció con ellos al mismo tiempo.

THE CHOSEN ONE ~ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora