Gifts of a Cherry Blossom

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Los copos de nieve caían sin parar y la Aldea de Konoha desafiaba la oscuridad con luces de colores ¡Es navidad! Los árboles decorados y el espíritu navideño de los aldeanos cantando villancicos no mentían.

A Sakura Haruno, una entusiasta kunoichi de cabellos rosas le encantaba esta época del año y había comprado regalos para sus amigos más cercanos ¡Estaba impaciente por repartirlos!

Primero pensó en su maestra Tsunade, de la cual no sabía mucho porque su convivencia se limitaba a duros entrenamientos, aún así le tenía un gran aprecio, respeto y admiración.

Como conocía las manías de su maestra ahorró lo suficiente para comprarle una botella del mejor sake. Cuándo le entregó el obsequio Tsunade esta se rió estruendosamente y le dió amigables palmitas en la espalda mientras le agradecía el detalle con una amplia sonrisa.

El regalo de su sensei, Kakashi, fue el más difícil de conseguir para ella. Tuvo que hacer de todo para convencer a Jiraya y que este le diera la primera edición original de su nuevo libro erótico, de la serie de novelas Icha Icha, el cual todavía no había sido lanzado.

Obviamente, no hizo nada pervertido por él para conseguirlos. Le costó mucho persuadir a Jiraya pero bastó con mencionar a su maestra Tsunade y el Sennin había comenzado a sudar frío.

Cuándo Kakashi recibió el regalo abrió los ojos de la sorpresa, luego pasó a estar avergonzado, dándole las gracias a Sakura sin saber qué más decir mientras se rascaba la nuca en un gesto nervioso.

Sakura también quería tener un detalle con Sai porque a pesar de que sus comienzos con el chico no fueron los más memorables seguían siendo un equipo y Sai podía ser muy agradable si se lo propone. Junto a él, en las misiones pudo conocerlo un poco mejor y construir unas cuantas anécdotas divertidas, debido a lo complicado que era para Sai relacionarse con los demás.

No sabía muy bien qué regalarle hasta que en una misión fuera de la aldea encontró unas pinturas muy peculiares hechas con una técnica originaria del lugar e inmediatamente pensó en Sai, así que se dijo a sí misma: ¿Por qué no? Sai realmente estaba sorprendido, no esperaba recibir nada, pero lo cierto es que Naruto y Kakashi también lo tuvieron en cuenta. Que sus compañeros pensaran en él le sacó a Sai una de sus pocas sonrisas genuinas.

Pensó en un regalo para Iruka, después de todo fue su primer maestro y una parte muy importante en su formación como ninja. Aún recuerda que fue él la primera persona que le mostró  en qué necesitaba trabajar para volverse más fuerte, por eso había decidido obsequiarle una tasa personalizada con la siguiente frase:

“Gracias por ser la primera lluvia que nutre al brote y lo guía hasta convertirse en una hermosa flor”

Con cariño, Sakura. 

Le daría además un suéter tejido por su madre ya que ella por mucho que lo intentaba, no se le daba tejer.

Iruka se emocionó tanto por la dedicatoria que sus ojos se llenaron de lágrimas, le dijo a además que se siente orgulloso de ella y de haber sido su maestro. Sakura queda conmovida y en un impulso abraza a su maestro, llorando junto a él.

Por otra parte, decidió regalarle algo Ino porque de no ser por ella, no sería la kunoichi que es hoy en día. Así que, recordando los pequeños consejos de Ino cuándo eran pequeñas sobre el arreglo floral, recolectó algunas flores para elaborar un ramo ella misma, las cuales vendrían con una nota dentro del ramo que diría lo siguiente:

Gracias por confiar en mí cuándo nadie más lo hizo. Gracias por estar para mí cuándo todo el mundo me rechazaba. Gracias por ver en mí algo más que un simple brote y no dejarlo marchitarse, para incitarle a convertirse en la más hermosa de las flores”

El regalo de Naruto era el más sencillo de escoger para Sakura. Él sería feliz con cualquier cosa que ella le regalase pero quería hacer algo especial por él. Finalmente optó por prepararle unas galletas y otros dulces tradicionales, comunes en esta época del año.

Estaba segura de que Naruto le encantaría el detalle de comer algo preparado por ella y pensó que sería una buena ocasión para cumplirle el capricho.

Más tarde, le haría una visita al rubio para acompañarlo ya que seguramente no tendría con quién celebrar estas fechas. De paso compraría algo de ramen para ambos. Y así fue, como era de esperarse a Naruto solamente le faltó gritar de alegría.

Sin duda fue divertido, pero a Sakura le faltaba algo para que su felicidad estuviera completa. O mejor dicho, le faltaba alguien. Aunque esa persona seguramente odiaría la navidad, le parecería algo estúpido y al igual que Naruto, no tenía con quien celebrarla.

–Dónde sea que estés “¡Feliz Navidad, Sasuke-kun!” -susurra la pelirosa, mirando la luna desde la ventana de su habitación, con la cabeza recostada en el cristal y con una infinita nostalgia reflejada en su rostro-

« Ojalá estuvieras aquí » piensa la chica volteándose para mirar un regalo que tenía encima de su escritorio, el único regalo que no podría llegar a la persona destinada, Sasuke Uchiha. No pudo evitar preguntarse si Sasuke pensaba en ella, si pensaba en su equipo, en sus compañeros, en su aldea. No pudo evitar pensar si se sentiría solo y que a ella, le gustaría acompañarlo.










Nota de la autora:

Traté de plasmar lo mejor posible los sentimientos de Sakura hacia las personas que hizo los regalos, no sé si terminará siendo de su agrado, lo cierto es que surgió muy fácil e intenté hacer las cosas lo mejor posible en muy poco tiempo así que espero recibir apoyo con este one-shot ¡Hasta otra!

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