La sombra de una mentira

CAPÍTULO 1

Anna

Es una tarde de otoño como otra cualquiera, las hojas de los árboles se preparan para caer y volver a recomponerse.

Estoy repasando apuntes de la universidad mientras mi compañera de piso prepara chocolate caliente para una tarde de lectura.

-¡Anna! Ya está listo.

-Ya voy.

Guardo en la carpeta los apuntes para seguir repasando más tarde y cojo un libro junto a uno de mis subrayadores más fieles.

Y sí soy ese tipo de lectora, me gusta escribir, marcar y subrayar las cosas que más me gustan o le marcan de los libros.

En este caso he cogido un libro que trata sobre un chico con problemas familiares, y poco después se revela contra el mundo y hace cosas un tanto peculiares. El libro es realmente bueno para ser de este tema tan complicado, me gusta el misterio que provoca al leerlo.

-¿Qué lees? - le pregunto a Clara, mi compañera de piso, mientras me acerco a coger mi taza -

-Romance adolescente, necesito algo empalagoso aparte del chocolate en mi vida. ¿Y tú?

-Misterio. Pero es extraño, te engancha de tal manera que es imposible despegar la vista de la hoja.

-El misterio no es lo mío, pero tiene buena pinta. Ya me vas contando a ver qué tal.

"Los ojos de una persona reflejan lo que su alma ha sufrido, vivido y lo que le ocurre en su vida. Aquello ajeno a esto es solo algo falso que intenta mostrar a su alrededor. Una simple sonrisa puede ser el reflejo de lo que quiere transmitir, pero los ojos, son algo extraordinario."

Esta frase se quedó marcada en mi mente, tiene toda la razón. Los ojos son el reflejo del alma.

La gente se fija mucho en el color o en el aspecto de tus ojos, pero nunca se paran a ver que transmiten realmente. Lo estético siempre llama la atención pero lo que realmente pasa, eso nadie lo quiere.

Pasamos la tarde entre libros y cafés, pero llegó la noche.

-Oye, ¿qué te parece si pedimos pizza para cenar?

-Sí claro. - digo mientras salgo del baño -

Siento que alguien me observa, un aire frío recorre mi cuerpo. No me puedo mover estoy paralizada, intento girar mi cuello para ver que las ventanas están cerradas. La puerta de acceso al apartamento también está cerrada.

Escucho una voz a lo lejos que repite mi nombre una y otra vez.

-Anna, ey Anna. - dice sacudiendo su mano frente a mi cara -

-Sí, dime. Perdona estaba pensando.

-Da igual, ¿de qué quieres la pizza?

-Ah, de pepperoni como siempre.

-Vale, eh si y una de pepperoni por favor. Gracias muy amable. - dice Clara mientras cuelga la llamada - ¿Qué te pasa estás muy rara?

-Nada solo estoy cansada. Me voy a duchar, cuando llegues la cena me avisas.

-De acuerdo.

Subo a darme una ducha de agua fría, para ver si esa rara sensación se me quita de una vez.

Enciendo el agua para llenar la bañera mientras cojo mi pijama. Una vez llena me meto con cuidado el agua está demasiado caliente. La vuelvo a encender para echar un poco de agua fría, pero no sale nada. El cuarto de baño se inunda de un olor asqueroso, un líquido marrón empieza a salir. Intento cerrar la llave pero ese extraño líquido no para de salir. Llamo a gritos a Clara para que venga a ayudarme, pero al parecer nadie me escucha. El olor es cada vez más fuerte, me dan ganas de vomitar.