Contrarreloj

Misión.

Narrador omnisciente:

Preparar una estrategia conlleva mover varios factores, asegurar la efectividad de cada movimiento, tener cada pequeño lugar cubierto, tener cada detalle estípulado y controlado.

Ser precavido.

Y la ESFEA tenía esas características e incluso muchas más.

Zack camina, con seguridad y una sonrisa confiada en su rostro, se adentra enfundado en un traje negro con camisa blanca a la dichosa fiesta criminal. Su cabello peinado hacia atrás, sus falsos ojos grises resaltan con el tono negro, también falso, de este. Se lleva las miradas de todas y todos, las femeninas se lo comen y los hombres lo envidian o lo observan con curiosidad. Se encamina con andar seguro, como si pudiera comerse el mundo, como si lo tuviera a sus pies.

¿Su objetivo? Llamar la atención, fijar la duda de quien es ese hombre guapo que entro a esa gala como si fuese el puto rey del mundo.

-Un whisky, por favor- pide en la barra que se encuentra en el lugar.

El barman asiente, le pasa un trago limpio que Zack bebe con confianza antes de que Terry Wide se acerque, un narcotraficante y asesino serial que trabaja con D'angelo, es quien ha hecho mucho de su trabajo sucio.

-Buenas noches-dice con una sonrisa falsa, cínica, apoyándose en la barra a un lado del chico.

Zack le sonríe grande echándole un vistazo.

-Buenas noches- saluda con más cinismo aún-Bonita fiesta- halaga alzando sus cejas.

Una fiesta que disfrazaba los actos ilícitos que se cometen dentro, con entidades de todo tipo y poder por doquier. Las luces bajas, la música fuerte y mucho descontrol. Tragos, drogas, mujeres sin ropa prácticamente que eran víctimas de los imbéciles que disfrutaban del evento,  además de los negocios fraudulentos e ilegales.

-Gracias- responde-Pero es privada, exclusiva- recalca con lentitud, casi como una amenaza.

Zack bebe de su vaso con tranquilidad mientras asiente.

-Lo sé- mete la mano en el interior del pulcro saco que lleva, poniendo alerta al asesino, saca un sobre y se lo entrega- Mi invitación.

-Oh, por supuesto- se retracta, cambiando de actitud radicalmente cuando lee a quien va dirigida-Es un placer conocerlo al fin.

Logan Buttler, hijo de uno de sus compradores millonarios, de su mayor fuente de dinero. Zack, con los cambios físicos necesarios como el cabello, sus ojos y la pequeña cicatriz en su ceja, era quien más encajaba con el personaje. Quien más parecido era, tanto de hecho, que era idéntico por lo que el papel que debía desempeñar debía ser impecable.

Zack sonríe asintiendo.

-Tú- le dice el agente de la ESFEA al barman-Uno de estos para mi acompañante.

El chico asiente, prepara el trago en un vaso que extrajo de un compartimiento oculto y se lo entrega al asesino que lo toma en el acto, brindando con el chico con una sonrisa.

Parte de la misión cumplida.

En simultáneo, Alex y Lucca se adentran la zona "VIP" de la fiesta por otra de las entradas disponibles, al entrar los golpea el olor a alcohol, marihuana y sexo, ese lugar es el mismísimo infierno, lleno de descontrol y pecados.

La baja luz impide que muchos rostros se reconozcan, o al menos ese es el objetivo, uno que Alex burla cuando reconoce gente importante del gobierno, empresarios mezclados con mafiosos, asesinos y hasta uno que otro religioso. Ambos caminan dentro con la seguridad explosiva que poseen tanto como pareja como individualmente, una mujer "vestida" con prendas que no cubren absolutamente nada se acerca con tragos, los dos se percatan de las marcas de agujas en su brazo, también de las que tiene en su muñeca como si hubiese sido amarrada. Les sonríe falsamente, sus ojos se ven cansados y parece gritar pidiendo ayuda con ellos.