(Aviso: Este capítulo hace referencia a una personaje cuyo nombre se conocerá en capítulos siguientes. Solo quiero aclarar que no pude encontrar la historia original que envuelve o dio origen a este personaje ya que se confundió con una historia distinta. Por esto le daré al personaje un origen distinto y que pareció bastante de mi agrado basándome en imágenes de internet, es decir, el origen de este personaje que aparecera sera uno creado por mi misma. Dejando esto de lado quienes conozcan la historia original les agradecería que me lo cumunicaran ya que me ayudaría mucho con mi intención de seguir las historias lo mejor posible. De más está decir que el personaje al igual que todos son fieles a sus historias originales y a sus creadores. Gracias y seguimos con la historia)
Luego de esa noche su mundo se vino abajo por segunda vez, no había perdido tanto como la primera vez pero si había tirado a la basura meses y meses de duro trabajo. Pero ya no había vuelta atrás, ya todo estaba hecho.
Se quedó boca arriba mirando al techo de cemento, unas palabras inconfundibles le llegarom a la memoria "si no estudias terminarás viviendo debajo de un puente" ¿Y donde estaba ahora? Exactamente, en esos lugares fríos e incómodos que siempre le causaban repulsión por las cantidades de basura y ratas que había. Tenía suerte de que hace unos dos o tres días un grupo de policías sacaron del lugar a todos los vagabundos porque se haría una remodelacion del lugar plantando algunas flores y pintando un poco. Ahora solo había dos indigentes, una mujer con dos niños y un anciano a falta de una pierna que había estado tocando la armónica desde temprano.
Jane abrazó sus piernas, tenía frío y el sonido de ese instrumento abollado la hacían deprimirse, cada nota era un golpe que le decía "mira lo que eres ahora" y no lo negaba, sabía que podía estar mejor. Unos minutos sola en la calle y cualquier idiota se le acercaría por esos estúpidos deseos, seguirles el juego unos segundos, matarlos y robar sus cosas, ya era común.
Su fino abrigo gris no era de mucha ayuda, cuando los vientos fríos se acercaban sus piernas desnudas eran las primeras en recibir el golpe.
De golpe la armónica dejó de sonar justo cuando el hombre soltó una tos ronca y enferma. A pesar de que ella podría matarlos, la falta de comida y el frío no la alentaba. En un punto sentía empatia al verlos, ellos seguramente lo habían perdido todo y cada uno tiene que mantenerse con vida, en el caso de la mujer debe mantener dos extras.
Los minutos pasaban y Jane solo deseaba, como en reiteradas ocasiones, el poder despertar de nuevo en la cama de ese hospital y tomar un rumbo diferente o simplemente despertar en su habitación en la casa de sus padres con ellos a su lado y que ese monstruo jamás se hubiera mudado a la casa contigua.
El hombre de la armónica volvió a retomar su canción, en cierto modo ayudaba a Jane a concentrarse en un mismo sitio. Su mente divagaba en un sueño que había tenido durante la noche. Lo recordaba perfectamente.
Estaba en una habitación completamente a oscuras a excepción de un sector donde se veía claramente una chimenea color blanca la cuál tenía maderos quemándose y produciendo tanto luz como calor al lugar; también se apreciaba un hermoso sillón color avellana con almohadones levemente abultados que se veían de lo más cómodos. Durante el sueño Jane se acercó a ese lugar dispuesta a dormirse, se sentó en el sofá y sacó de su mochila todas las prendas blandas que tenía y las acomodó de modo que quedara una almohada. El fuego chispeante y el olor de la madera quemada eran algo tan clásico y relajante que Jane decidió que ya era hora de descansar.
La siguiente parte del sueño ocurrió de manera más extraña, el fuego ya se había apagado y el frío regresaba muy lentamente. En el lugar cercano a la chimenea se notaba un leve brillo verdoso que le daba una apariencia terrorífica a ese reducido espacio. Fue entonces cuando lo extraño comenzó.
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Survival Game
FanfictionCorrer, Escaparse, Sobrevivir, Asesinar. No creo poder seguir mucho más de pie, mis piernas se rindieron ante el peso de mi cuerpo. Almas que llevo conmigo solo quieren verme caer pero con los años que llevo aprendí a nunca darle el gusto a nadie...