Desde pequeña había aprendido a ser una perfeccionista. No me conformaba con nada que no estuviese perfecto. Así fue cómo conseguí un hueco entre el exclusivo mundo de los bailarines de Broadway.
Así es, soy bailarina de Ballet...bueno, era. Digamos que llegué a tal extremo que me obsesioné con que nada me podía salir mal. Era capaz de estar ensayando aquella maldita coreografía hasta que mis pies decían basta.
Papá siempre me decía que llegar a un extremo nunca es bueno, incluso tratándose de aquella perfección que yo siempre buscaba. Y tanto que tenía razón.
Aquella Navidad de 2020 todo cambió. Me habían elegido para representar a Julietta en la conocida obra de Shakespeare. Oh, estaba tan ilusionada...
Practiqué durante meses para aquel 25 de Diciembre para que todo se fuera a la mierda en un momento. Era una pieza muy compleja debido a su velocidad y pasos.
Era una simple attitude, la había hecho desde que tenía cinco años. Al hacer la elevación, oí un crujido por encima de la música y caí al suelo inmediatamente. El público se asustó y yo solo intenté levantarme. Claramente no pude. Bajé la mirada a la articulación y tenía el menisco completamente fuera de su sitio. De la impresión, me desmayé. Tan solo recuerdo despertarme en el hospital con mis padres y mi ex.
Grandes fiestas aquellas...
–Eh, Val– chasquearon los dedos delante de mi cara– sal de tu mundo de fantasía y unicornios– suspiré– No has escuchado nada de lo que te he dicho, ¿no?
–Lo siento papá, acabo de despertarme. Dejame tomarme el café al menos– le miré– ¿Qué decías?
–Que si vas a venir a Baréin o no, chica. Llevas dándome largas un mes– rodó los ojos– ¿Si o no?
–No sé...
–Val no has vuelto a venir conmigo a un Gran Premio desde tu accidente.
–No fue un accidente, fue un error.
–Deja de ser tan...tú– bebió de su taza– Ven anda, sabes que te encantan las carreras.
–Estoy muy bien aquí en Banbury– me quejé– Además, para qué recorrería miles de kilómetros si tan solo voy a ver la carrera.
–No me has dejado terminar– sonrió– ¿Y si te dijera que tengo una pequeña oferta?
–¿¡Vas a comprarme un cerdito!?– grité– Si es así voy de cabeza.
–Calla y escucha– rió– Digamos que me he sacado de la manga un puesto para que vengas a todas las carreras.
–Habla Christian– me interesé.
–Como soy el mejor padre del mundo y tengo ese poder...¿quieres representar a Red Bull?
–Si no acepta ella yo soy la candidata perfecta– sonrió mamá entrando a la cocina.
–¿Qué se supone que tendría que hacer?– me interesé.
–Bueno ya te asignaré algo, no corras tanto que me he inventado un puesto solo para tí.
–Bien, tampoco tengo nada que hacer por aquí.
–Juraría que hace un minuto has dicho que estabas bien en Banbury– mamá se sentó en la mesa donde estábamos.
–Bueno he cambiado de opinión.
–Menos mal, te habría mandado a cuidar a las cabras– rió mamá.
–No, ni de coña. Papá, ¿cuando nos vamos?
–Tienes una semana aún para mentalizarte o hacer lo que sea que hacéis los jóvenes de hoy en día, que tampoco quiero saberlo.

ESTÁS LEYENDO
𝑼𝒏 𝒓𝒐𝒍𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝑽𝒆𝒓𝒂𝒏𝒐 // Fanfic F1 y Fútbol
ФанфикValerie Horner, una bailarina de Ballet destrozada por las lesiones, se ve obligada a dejar el deporte de su vida y renunciar a sus sueños en Broadway. Su padre, Christian Horner, decide hacerla un hueco entre las filas de Red Bull y así poder pasa...