Jamás había estado tan nerviosa mientras atravesaba el aeropuerto junto a mis padres. Me conocía el lugar de memoria pero esta vez era distinto.
Mientras esperábamos a que nuestro vuelo aterrizase, recibí la videollamada de Carol, mi mejor amiga desde que llevamos pañal. Me disculpé un segundo y caminé hacia una de las ventanas que daban a la pista de aterrizaje.
–No me puedo creer que no te vaya a ver en tanto tiempo– se hizo la ofendida al contestar, pero al instante se rió– Dime que me invitarás alguna vez, guapa.
–Eso ni se pregunta. Ojalá fuésemos las dos pero mi padre insistió con que no me quedase en Banbury.
–Ojalá el mío se inventase un puesto de trabajo en la maldita Fórmula 1– sonrió– Eres una suertuda. Por lo que más quieras consígueme el autógrafo de Sainz.
–Eso si consigo hablar alguna vez con él. Me da cosa, llevo sin hablar español desde el colegio– recordé mis tiempos en la escuela.
–Bueno, siempre puedes pedírselo en inglés y decirle que te ponga la dedicatoria en español– Carol nació en Madrid pero sus padres se mudaron junto con ella a Inglaterra cuando era muy pequeña. En casa habla español, pero fuera se maneja estupendamente con el inglés.
–Tendrás que aprender a superar tu vergüenza de pedir tu café en Starbucks– ambas reímos.
–Tía– señaló hacia mí pantalla– Mira detrás se tí– concluyó.
Me giré y le vi. Iba con una chaqueta de Red Bull Racing, acompañado de dos hombres más. En cuanto giró la mirada hacia mí, me di la vuelta e intenté disimular.
–Carolina Martínez García te voy a matar. Podrías haber avisado de que era él– abrí los ojos y ella comenzó a reír.
–Tendrías que haberte visto la cara, te has quedado pálida Val– siguió riendo– Cuando te has girado te ha seguido mirando un buen rato.
–¿Le ves? No me quiero girar– ella entrecerró los ojos.
–Quita tu cabeza de delante y tal vez veré algo.
–Cállate y busca– en ese momento sentí una mano en mi hombro.
Mi amiga apagó la cámara y el micrófono y me giré para ver al piloto neerlandés justo detrás de mí.
No había cambiado nada. Te podrías perder en sus ojos azules durante horas. Se había dejado una barba de pocos días. El chico esbozó una sonrisa amable. O un intento...
–Hola Valerie.
–Hola Max– contesté cortante.
–¿Qué tal te va todo?
–Bien, al aparecer ahora trabajo en la escudería. ¿Y tú?
–Bueno, soy vigente campeón del mundo.
–Ya, vi la carrera el año pasado.
Un silencio incómodo reinó entre nosotros. Ninguno sabía que decir. Habían sido dos años sin hablar ni una sola palabra y él decidió acercarse a hablarme.
–¡Eh, vosotros dos!– papá nos llamó– Espabilad o el avión se va sin ambos.
Salí de ahí lo más rápido que pude para alcanzar a mis padres. Mamá me dedicó una mirada extraña y yo miré el móvil.
–Carol te juro que te mato– la dije– Te tengo que dejar, vamos a abordar.
–Mándame fotos ¿okey?– sonrió– Hasta luego Val.
Una azafata bastante agradable nos condujo hacia nuestros asientos. No era un avión nuy grande, pues eran en su mayoría asientos de primera clase.
Estaba intentando subir la maleta arriba para que no me molestase cuando me hablaron.
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𝑼𝒏 𝒓𝒐𝒍𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝑽𝒆𝒓𝒂𝒏𝒐 // Fanfic F1 y Fútbol
FanfictionValerie Horner, una bailarina de Ballet destrozada por las lesiones, se ve obligada a dejar el deporte de su vida y renunciar a sus sueños en Broadway. Su padre, Christian Horner, decide hacerla un hueco entre las filas de Red Bull y así poder pasa...