Prólogo.

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La idea de tener una pareja cruzó por mi mente desde que soy un pre-adolescente; mi primer contacto con lo que las personas llaman “romance” fue a través de una serie de capítulos que veía mi madre en la televisión, sobre algún drama escolar. Después comenzaron a ocurrir sucesos relacionados con ello a mi alrededor, en la escuela podía presenciar como personas de mi edad, o mayores, tenían algún tipo de relación. Algunos lo escondían, otros no tenían la vergüenza de ocultarlo, los demás sentían cosas entre ellos pero jamás lo confesaron.

Yo los observaba desde la lejanía con cierto desagrado, mi ceño no se fruncia, tampoco había una mueca de asco ni nada por el estilo, solo me mantenía mirando inexpresivo a ese tipo de personas. Los toques, las palabras bonitas, los besos, salidas, conversaciones, todas esas cosas cursis no me causaban más que cierto nudo en el estómago, como si de lo más profundo de mis entrañas quería sacar todo lo que he comido durante años, y que ese vómito caiga encima de esas personas que, desvergonzadamente, muestran su amor al mundo y a aquellos que nunca, o jamás, tuvieron la oportunidad de experimentar algo así.

En mí caso, a pesar del desagrado que puedo sentir ante esas cosas, ya que jamás me he sentido atraído sexual o emocionalmente hacía alguien, aún así le vi el lado positivo a eso. Las ventajas sociales que puede llegar a tener alguien obteniendo una pareja que sea capaz de sumarle a su vida, era algo que me llamaba la atención y que fácilmente podía utilizar a mi favor. No es que no sea lo autosuficiente ni nada por el estilo, pero la idea de que yo solo pueda subsistir en este mundo es algo que no pasa por mi cabeza.

No es que me importe la soledad, sin embargo como individuo tengo entendido que conseguir a alguien puede ser algo bueno, dependiendo de quien sea, por lo tanto lo mejor que podría hacer sería buscar entre todas éstas personas a alguien indicado para que me acompañe en mi jornada.

Esto es solo un plan de vida más que nada, otra manera de hacerme las cosas más fáciles; soy alguien que a simple vista parece un ser humano común y corriente, pero en el fondo lo siento absolutamente nada. No existe el más mínimo sentimiento en mí, pero mi capacidad de análisis y deducción, también la máscara que le he mostrado al mundo durante todo este tiempo, son cosas que me han ayudado demasiado en mi vida.

A pesar de que algo maligno dentro de mi reside, y de vez en cuando me jala con fuerza intentando tomar control de mis acciones, siendo así desde pequeño, eso ya es algo irrelevante hasta ahora, porque he sido capaz de mantenerme bajo control durante bastante tiempo.

En mi búsqueda por alguien que pueda aumentar probabilidades positivas, años después encontraría a, quien a mi parecer, es el indicado para eso.

Foxy.








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