Orígenes (Messi)

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Nací siendo el tercero de cuatro hermanos.

Mis dos hermanos mayores eran alfas, por lo cual también se esperaba que yo lo fuera, ya que tiempo después de mi nacimiento, mis padres tuvieron a su último cachorro, mi hermana, cuya casta fue Alfa.

En una familia llena de alfas y dónde por generaciones esto predominaba, fue un gran desconcierto el hecho de que con el paso del tiempo, yo no mostrará aroma alguno, así que al final, mis padres determinaron que yo carecía de casta alguna, o mejor dicho, yo era un beta.

Al ser el único beta de mi familia, todos me trataban con sumo cuidado, nunca me dejaban solo por temor a que los demás niños alfas me molestasen y cuando ocurría alguna situación que involucraba las feromonas siempre me decían que yo debía sentirme afortunado de haber nacido beta ya que de esa forma me libraba de todos los problemas que conllevaba ser un Alfa o las desgracias de ser un Omega.

Yo nunca lo vi de esa forma, para mí siempre fue ver cómo la gente me rechazaba por lo que era y entre susurros escuchaba como decían "pobre familia, que mira la desgracia de tener un beta entre un perfecto linaje alfa, al menos si el pibe hubiese sido Omega serviría de algo pero al ser beta dudo que llegue a formar una familia".

Lo peor vino cuando entre a la educación primaria, en un colegio mixto, donde alfas, betas y omegas podian estudiar por igual, comprendí el porque yo era diferente hasta dentro de mi propio rango.

Para ser un beta mi altura siempre había sido significativamente más baja que la normal, en el inicial no se notaba tanto ya que iba a un colegio de betas y nuestras estaturas eran parecidas y al no tener aroma o casta alguna, ninguno nos molestabamos.

El problema vino cuando en la primaria las profesoras me confundían con ser Omega hasta que se acercaban a mí y con un tono indulgente me decían: " Oh cielo, lo siento tanto por confundirte, de no ser porque no tienes aroma, bien podrías ser un Omega, ya que luces tan frágil y pequeño como uno, que viéndolo bien eres una rareza de beta".

Ese comentario solo había sido el principio de las palabras ( y aveces golpes) hirientes que no solo los alfas me daban, sino, también los mismos betas, que en un pobre intento de encajar con los alfas y dejar de ser el objetivo de estos, descargaban su frustración en mi, la parte buena de todo eso fue que encontré un refugio en los omegas, ellos me arroparon y me hicieron sentir querido y aceptado, después de todo, en palabras de ellos: "Sabemos lo que es ser rechazado por el hecho de haber nacido con la desventaja en el juego, si tu propia gente te maltrata solo para los demás los tomen en cuenta, eso no los hacen mejores que los tontos alfas que nos pisotean a nosotros los omegas y tal vez no compartamos casta Leo, pero en nosotros siempre vas a tener una red en la cual te haremos sentir seguro".

Y así fue, me refugie en mis amigos omegas y me sumergí de lleno en el fútbol, un deporte que inicie desde los cuatro años y en el cual no era el "beta defectuoso con apariencia Omega" solo era el chico que jugaba excepcionalmente bien y cuyo dominio en el balcón era increíble.

El tiempo paso, comenzé a escalar en el fútbol pero al mismo tiempo me daba cuenta que mientras todos los chiquillos crecían y me superaban, yo seguía siendo el más bajo, hasta que después de un comentario hecho por una maestra beta a mis padres respecto a mi baja estatura y sugerirles que me llevarán al médico, a la edad de 8 años y después de varios análisis clínicos, los médicos les informaron a mis padres el porque yo era demasiado bajo para mi edad.

"Señor Messi, hemos revisado cada examen hecho a Lionel y por lo que notamos, la razón del porque su crecimiento se estanco es debido a que la zona en su cerebro que estimula su hormona del crecimiento se encuentra dañada, no es que no segregue está hormona, más bien lo hace deficiente mente, por suerte lo descubrimos a tiempo y con el tratamiento adecuado su hijo podrá alcanzar la estatura promedio de un beta".

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