Viernes 9 de diciembre.

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Mi habitación amanece cada dia a las siete de la mañana con un color amarillento provocado por el sol isleño, y el ruido de la cocina que está pegada a la habitación.

Es invierno, y la navidad ya es dueña de los anuncios de la televisión, y de los decorados en la ciudad. Mucha gente opina que las luces de navidad son un gasto, y un despropósito que no debería tener cabida en nuestra sociedad cada fin de año. Pero yo no estoy de acuerdo con ellos. Creo que la navidad no es una simple palabra, o unas simples vacaciones donde se bebe, se come, y sobretodo se sale de fiesta.  Sino que es el unico dia del año, donde la oscuridad callejera, se ilumina por decorados de renos y de copos de nieve. Es un momento del año especial. Puede que para ti no, pero a mi me hace falta ese despropósito económico de luces de navidad.

Me llamo Roque, y desde hace unos pocos meses, no he tenido ningún amigo. Y este Viernes 9 de diciembre, a las 16:51, os voy a contar la mayor mierda que he pasado en mi vida. Tienen nombre, pero no merecen reconocimiento alguno que les haga relevantes por algún u otro motivo. No tengo rencor, pero si cabeza. La cabeza necesaria que me hace recordar lo malos amigos que eran. Lo poco que me apreciaban, y lo poco que se merecen este libro.

Son días muy jodidos. Sobre todo con la incorporación de las nuevas redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea (que así es como lo llama la gente que no sabe decir "whatsapp"). Y digo que son días jodidos, porque básicamente lo son. Nos complicamos solos, nos gusta el drama, y con ello, nos gusta transmitirlo a nuestras relaciones. Somos humanos, pero no por ello tenemos la excusa de cometer errores. Porque los errores se perdonan, pero el error de la traición, de la mentira, y del maltrato, se perdona obligadamente. Aunque no quieras debes, ya que "perdonar es lo correcto".

Esto suele pasar muy a menudo, empezar un tema interesante, e irse por otro completamente distinto, y que indirectamente tiene que ver con el anterior. Pero de veras, quiero que sepáis de mis antiguos compañeros de vida. Mis antiguas raíces de roble.

Supongamos que tenemos un grupo de amistad, el cual no puedes perder. No puedes, no debes, y no quieres perderlo. Tu salud mental requiere mantenerla para que no tropiece y se haga daño en el puto nervio. Porque si, la salud mental es una mierda dificil de entender. pero sobre todo es difícil de manejar. Porque creerás que lo tienes todo bien, que tienes amigos que te quieren, que tienes familia que te mantiene, y que si tienes suerte, una novia que te quiera por como eres. Pero no, no es suficiente, nunca lo es. Siempre tendremos esa duda de; "capaz no me quieren", "capaz simplemente soy un objeto", o quizá un simple, "soy una mierda".

Pues mira, eso a mi no me pasaba. Yo era feliz. 

Voy a repetir esto; Yo era, feliz.


Pongamos que mi grupo de mejores amigos está construido por departamentos, y esos departamentos transmitían distintas "vibras" a la relación que teníamos como grupo:

Teníamos al gracioso, que era Grac.

Teníamos también al serio, que era Seri.

Contábamos con el normal, que se llamaba Nor.

Y contaban conmigo, que no era nadie.

Y como DLC podría también explicar mi relación anterior con un tal Fanta, que me hizo parecer una mierda andante durante los próximos 3 años.

Vamos en resumen, que no me toquéis mis luces de navidad, que son mias y me gustan.

Escrito Sobre Raíces de RobleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora