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Soberbio es de mi parte pedirte,

Que me gastes entre tus labios

Como lo haces con tus habanos.

Quemame, despojame de todo humo,

desgastá todo mi contenido,

desechame y volveme a conseguir.


Egoísta es mi atrevimiento,

Ya me avergüenza pedírtelo,

Que me consumas como a tu vino,

Que tu boca quede con sabor a mí,

Que tomes y tomes de mí con vigor,

Que no puedas detenerte más.


Necio se siente siquiera pensar

En rogarte que me vuelvas tu adicción,

Que no puedas vivir sin tomar de mí,

Sin mi esencia en tu interior,

Sin mi figura en tu imaginación.


Que tus ojos se posen en mí,

Con esa mirada desesperada,

Con ese deseo reprimido de hacerme tu amada.


Que una sonrisa se pose en tu rostro,

Con ese brillo cautivador en tus orbes,

Con esos hoyuelos cavados en tus mejillas.


Poético sería que me agarres con voracidad,

Y sin pizca de timidez te imploro,

Usame,

Dejá de mí escasas migajas,

Pequeñas gotas,

Un polvo invasor.




polvo invasorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora