ii.

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Andrea.

El primer mes de clases había pasado tranquilo y rápido.

Eso si, mi tranquilidad se desvanece cada vez que recuerdo la cantidad de exámenes que tenemos.

Hoy tenia clase de danza.

¿Un sábado?

Efectivamente.

Blanca mi profesora de danza, nos eligió a mi y a Sergio para hacer el solo en pareja para el espectáculo de navidad que se celebra en mi instituto y en el cual habrán representantes de danza, eso me ponía muy nerviosa y es por eso que tenía que salir perfecto.

Cuando llegue a clase, Sergio ya estaba calentando.

— Pero bueno, mira quien es el puntual ahora— dije mientras dejaba mi mochila y me quitaba los zapatos.

— Cállate Andy, mira quien es la impuntual— dijo poniéndose de pie.

Sergio lleva siendo mi pareja de baile desde que tengo diez años, siempre hemos congeniado bien y sobre todo a la hora de bailar.

— Hola chicos— dijo Blanca entrando a la clase.

— Hola— dijimos a la vez.

— Bueno vamos a empezar, la canción que he escogido para vuestro solo es, safe inside de James Arthur, os he escogido porque hacéis muy buen equipo y tenéis conexión— dijo con una sonrisa—. Esta coreografía es muy sentimental y se que será difícil de expresar pero se que lo conseguiremos.

Y así comenzó la clase, los pasos del baile eran lentos pero con sentimiento, la canción hablaba sobre el anhelo del chico hacia la chica, por lo tanto teníamos que expresar al máximo nuestras emociones, cosa que era difícil al no estar enamorados.

Sergio lleva siendo mi mejor amigo por muchos años y nunca me imaginaría tener algo con el.

Nos tiramos toda el día para que Blanca nos enseñara el baile, me estaba encantando, sin duda este era uno de mis bailes favoritos, de todos los que había hecho.

Cuando termino la clase estaba cansadísima, Sergio me llevo hasta mi casa.

— Gracias por traerme Sergio— dije bajando de su coche.

— Nada Andy, nos vemos el sábado que viene— me dijo guiñándome el ojo y yo me me hecho a reír.

De verdad, creo que si alguien nos viera creería que somos pareja, pero ya os digo que no hay ni una pizca de amor entre nosotros que no fuese de amigos.

Cuando entre a casa mi madre estaba en el sofá mientras veía una película.

— Hola cariño, ¿qué tal el ensayo?— me pregunto mientras yo tiraba la mochila al suelo y me dirigía a ella.

— Cansado— dije recostando mi cabeza en sus piernas.

— Anda metete a la ducha que estás echa un asco— yo suspire y me levante—. Hay lasaña para cenar.

— Mamá, eres la mejor— dije dándole un beso en la mejilla para después ir hacia el baño.

El domingo paso rápido y otra vez, estamos a lunes.

Odiaba las clases de historia y sobre todo con este profesor, nunca se callaba.

— El trabajo que haremos este trimestre será en pareja y más os vale entregarlo a tiempo ya que no aceptaré los trabajos después de la fecha límite.

Yo suspiré al saber que me tocaría hacerlo sola, como siempre.

El timbre sonó indicando que la clase había acabado, recogí mis cosas y fui hasta la biblioteca con intención de empezar el trabajo lo antes posible y así tendría más tiempo para estudiar los exámenes parciales.

Cuando entre a la biblioteca habían varios alumnos, caminé hacia una mesa, saqué mi portátil y comencé a buscar información.

Gavi.

Otro trabajo más, como si tuviéramos pocos.

Cuando sonó el timbre, vi como Andrea recogía sus cosas y salía de clase como si fuese flash.

Me pareció extraño que nadie se parara a preguntarle que si querían hacer el trabajo.

Recogí mis cosas y la empecé a seguir, ella entró en la biblioteca, fue hacía una de las mesas libres, que pocas habían, ¿desde cuando tanta gente va a la biblioteca?, bueno el caso, fui hasta la mesa que ella estaba sentada y me senté enfrente suya, ella levantó la mirada confusa al verme.

— Hola— dije mientras ella seguía mirándome con el ceño fruncido.

— Hola— contestó ella.

— ¿Tienes pareja para el trabajo?— preguntó y ella negó—. ¿Quieres hacerlo conmigo?

— ¿Por qué tendría que hacerlo contigo?— preguntó cerrando su portátil y posando sus brazos en el.

— Porque, yo no tengo pareja y tú tampoco— dije imitando su acción de posar sus brazos en la mesa—. Y no creo que hacerlo solo sea muy divertido.

— Directamente historia no es divertido— dijo soltando una risita.

Su sonrisa...

Al grano Pablo, déjate de fijarte en su sonrisa.

— Bueno, ¿quieres hacer el trabajo conmigo?

Ella se quedó callada unos segundos mirando sus manos, subió otra vez la mirada hacia mi.

— Está bien— dice recogiendo sus cosas—. A las cinco en mi casa, luego te paso la ubicación por insta.

Y se fue, dejándome ahí sentado en medio de la biblioteca.

hola!!!
como estáis?? bueno por aquí os traigo el segundo capítulo, espero que os guste 🫶🏻.

atte: lexi !

𝐃𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍𝐒. | pablo gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora