Alzó la vista y eran otros ojos los que allí miraban
u otra paleta la que cambiase sin ella darse cuenta.
Verde Copérnico con blanco sometido, pisando negro se mostraban,
más un sol aborrecedor respondiendo iluminante a la nueva escena.Verdes eran las duras pieles de allí sus plantas nativas.
Con púas de todas las clases y tamaños a ellas mismas protegían.
Alto llegaban las hojas sin hacer casi sombra de árboles con troncho sin leña pero crecidos
y verdes sus folíolos azotados por los vientos aterrecidos.Blanco lo recio, no vivo, su pintura cada día reciente,
le hacía guiñar los ojos de lo reflugente
y blanco, sin ser sinónimo de paz, suávemente casaba con ella
porque como del plumaje de la paloma y del vestido de novia, la tela, no había mancha que se antepusiera.Negro el suelo hecho de infinitos trozos disgregado, no es sino lava seca
que en este nuevo mundo parecía sustituir a la bien conocida tierra
y negro el cúmulo que nacía de las piedras su unión,
diciéndome los conejeros que respondía al suyo nombre picón.Adiós paleta conocida,
recordada y viva estarás en todas mis fotografías.
Adiós isla que nos volveremos a ver si dios quiere,
adiós isla, espero, hasta el año que viene.